Bar Camarero, bien de interés patrimonial en Amposta

Oculto, como esos tesoros de difícil acceso, se ubica desde hace 52 años en la calle Pasaje de la Rueca, 2, el legendario Bar Camarero, uno de esos sitios capaces no ya de hacer barrio sino de hacer ciudad.

A los mandos de Azucena Camarero este establecimiento se configura como un bien de interés patrimonial de todo un distrito, en este caso el de San Blas-Canillejas. Desde 1966 el Bar Camarero lleva haciendo felices a sus parroquianos gracias a dos factores que se antojan fundamentales: la cercanía en el trato con la clientela y el amor que le ponen a todo lo que aderezan en sus fogones. No hay más secretos. Por eso no causa asombro que se acudan a sus manteles personas de otros distritos y municipios persuadidos por las dotes culinarias de Azucena, que ha tomado el testigo de sus padres posicionando al restaurante en el lugar que se merece, esto es, en el corazón de los vecinos del barrio.

Pocas cosas son más fiables que un bar regentado por una familia. Podría tratarse de una prolongación parental en toda regla. En el Camarero los clientes mantienen un vínculo que trasciende al mero tapeo o desayuno. Dos mañanas acodado en la barra y ya el personal se percata de lo que te gusta sin necesidad de pedirlo.

Bar Camarero

Cocina hogareña

Salta a la vista que la especialidad del establecimiento de Pasaje de la Rueca, 2 es la comida doméstica, pero ojo, como reconoce Azucena, “desde un punto de vista moderno, renovado”. Y es cierto, en el Camarero conviven a la perfección y sin estridencias la tradicional oreja a la plancha con la torta de doña Inés con rulo de cabra y mermelada de pimiento. Las expectativas de un comensal castizo así como de uno vanguardista se ven ampliamente recompensadas.

Conejo al ajillo, sepia, patatas bravas, croquetas muy caseras, morcilla de arroz, callos a la madrileña, paté caliente con salsa de arándanos, son algunos de los platos que elabora con grandes dosis de maestría y conocimiento Azucena Camarero y su equipo. Todo ello con una puesta en escena sencilla a la par que minimalista, como si quisiera dejar claro que lo importante no es el continente sino el contenido.

Bar Camarero

No tiene demasiado misterio el éxito del Camarero. Su celebridad se fundamenta en una muy cuidada selección de buenas materias primas. “Intentamos ofrecer al cliente lo mejor: las mejores verduras, el pescado más fresco, la carne más jugosa… eso es lo que nos diferencia del resto. Nosotros preferimos tener un buen boquerón que no una merluza normalita, por mucho que sea merluza. Lo que come el cliente es lo que comemos nosotros”, explica la actual matriarca de un establecimiento que abre todos los días de la semana excepto el lunes.

Atesora el Bar Camarero una clientela tan fiel (generaciones enteras han degustado con deleite los huevos rotos con jamón y gulas de Azucena) y una irremediable confianza en lo que ofrece que apenas ha notado la reciente construcción del Wanda Metropolitano. “Nuestros clientes, con fútbol o no, son los de siempre. Lo que sí es cierto es que es posible que los días de partido vengan antes a tomarse sus cañas, pero ni hemos perdido gente ni hemos ganado”.

Bar Camarero

Desde las 8.00 hasta las 2.00 horas de la mañana abre sus puertas este encubierto bar de San Blas-Canillejas que tiene la particularidad de ofrecer desayunos salados a su clientela. Es cierto que los amantes de las tostadas y porras tienen en el Camarero un lugar insobornable, pero merece la pena degustar unas migas del señor Juan (muy celebradas por la concurrencia) con un café caliente o un pincho de tortilla acompañado de un colacao.

Dos años ganando la Ruta de la Tapa suponen suficiente aval como para poner en tela de juicio la cocina castiza del Camarero. Su magret de pato le valió este año para hacerse acreedor de la mejor tapa de todo San Blas-Canillejas pero si existe un plato que marca la diferencia y por el que los clientes suelen llegar procedentes de otros distritos es el bacalao a la Juana. “No tiene nada: es una salsa de tomate casera, con su pimiento, su cebolla, su buen bacalao…se pocha respetando su tiempo y a comer…”

Bar Camarero