La descentralización de los distritos, necesidad urgente

La gestión municipal está fuertemente  centralizada, eso se traduce en que la mayor parte de las decisiones que nos afectan (reparación y mantenimiento de calles, jardines, aceras, limpieza y nuevos proyectos dependen de Las Áreas de Gobierno (que son los servicios centralizados del Ayuntamiento).

Numerosas iniciativas  se hacen desde el Distrito y me consta que con la mejor voluntad, pero la contratación, adjudicación y ejecución de las obras se hace bajo control de las Áreas Centrales, este es el nudo gordiano; de modo que el control de ejecución que se puede hacer desde la Junta de Distrito es  puramente o casi testimonial.

Esa centralización explica la baja calidad de muchas reparaciones y chapuzas urbanísticas en los distritos tradicionalmente olvidados como San Blas-Canillejas, y que nunca se permitirían en los barrios de bandera de la ciudad. Con casi toda la gestión centralizada es imposible identificar responsabilidades, es muy difícil saber quién firma cada chapuza, porque aunque parezca un contrasentido, cada una lleva la firma de un funcionario que acepta el final de cada intervención.

Los servicios centrales son el escondite de los empleados públicos que no cumplen con la función que se espera. Para más inri, a igual categoría los funcionarios públicos ganan más en los servicios centrales que en los distritos, con lo que hay vacantes en estos y demanda de puestos en centrales.

La pura inercia permite  asegurar que en el momento actual el grado de centralización de la  gestión del Ayuntamiento es el mismo que con la anterior corporación. Bien es cierto que la actual tiene en su programa una fuerte descentralización, pero ya escuchamos explicaciones clásicas para justificar los retrasos: “Esto llevará tiempo”, “Se necesita más personal”, o sea,  que  no parece que sea para mañana.

Nadie quiere perder poder

La batalla será larga básicamente porque los empleados públicos y sus políticos de los Servicios Centrales no quieren perder poder y además van a resistirse a ser trasladados a los distritos. La solución típica es poner más personal en los distritos y dejar el actual en los centrales. Francamente, por una vez  debería adoptarse una solución a la europea: diseño completo de la descentralización con redistribución de efectivos laborales, porque los puestos de los funcionarios no son suyos, más bien son de quienes pagan impuestos.

La descentralización es una oportunidad, es la única manera de hacer más con menos y como los presupuestos municipales no se van a disparar, convendrá pensar en fórmulas de racionalización, más que en fórmulas de gasto. Si, por el contrario, se añaden efectivos en los distritos y no se suprimen en los centrales, el aumento de la burocracia está servido, y con este el encarecimiento de los servicios.

EMT Madrid

Participación ciudadana desilusionante

Por otra parte se han puesto en marcha diferentes  fórmulas de participación ciudadana pero  son tímidas y poco preparadas, no se puede probar con la ciudadanía, se corre el riesgo de desgastar las palabras y los procesos. Antes de una descentralización efectiva a favor de los distritos, la participación ciudadana puede  ser desilusionante por falta de contenido efectivo,  porque esta puede influir en el mejor de los casos en una ínfima parte del presupuesto municipal, y por tanto los vecinos no van a percibir el resultado de esa participación.

De mi experiencia en gestión de presupuestos públicos y privados deduzco que si las autoridades son  claras y valientes se pueden conseguir grandes cambios, de no ser así es mejor quedarnos donde estamos.

En resumen, si se quiere mejorar radicalmente el municipalismo en Madrid, hay que descentralizar la gestión a favor de los distritos. Pero en ese proceso no se puede pedir opinión a quienes tienen intereses creados: las grandes empresas contratistas de los servicios y los empleados públicos de los servicios centrales, porque ya sabemos el resultado.

Alejandro Hernández Capa  | (Grupo 77)