Un distrito que solo es noticia por los sucesos

San Blas-Canillejas ha pasado un verano más apareciendo en los medios de comunicación como protagonista de sucesos más o menos violentos, al menos desde que tenemos uso de razón, es la tónica general. La mala fama viene de lejos, desde que el distrito se convirtió por derecho propio en el hipermercado de la droga a finales de los años 70.

La televisión, el cine  y los medios generalistas han puesto al barrio en el mapa, pero solo para mostrar una realidad desvirtuada y exagerada.

El polideportivo municipal de San Blas apareció el pasado mes de julio repleto de objetos lanzados al agua. Los trabajadores han sufrido ataques, e incluso intentos de agresiones. Tiraron de todo: bancos, sillas, cubos de basura… En este sentido tuvieron que intervenir los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para poner orden y vigilancia. Pero, ¿quién puede asegurar que los vándalos eran residentes del distrito? El polideportivo tiene acceso libre previo pago de una entrada y cualquier ciudadano del resto de la ciudad o forastero puede acceder al recinto.

El pasado mes de agosto la Policía Nacional detuvo al presunto autor del apuñalamiento de un vecino de la calle Zubieta (Simancas) en una reyerta nocturna. De nuevo el distrito de San Blas-Canillejas en los titulares, como si fuera absolutamente normal que asesinen a vecinos en uno de los barrios más tranquilos del distrito. “El barrio está acostumbrado a estos incidentes”, publicaban algunos medios.

Un policía de paisano que estaba paseando con sus hijas detiene a un camello en San Blas. También los agentes de la Policía Municipal intervienen 170.000 euros en una mochila a un conductor que se puso nervioso. El portador fue trasladado a la UID (Unidad Integral del Distrito) al no poder acreditar su procedencia. Pero desconocemos, de nuevo, si el camello o el conductor eran residentes del distrito o transitaban por el mismo. Lo mismo eran originarios de Coslada, Buenos Aires o Calcuta, nunca lo sabremos.