Maika Jurado: “Las mujeres no ligan teniendo sentido del humor”

Atendiendo al RH, Maika Jurado hubiese sido la protagonista ideal para protagonizar ‘Ocho apellidos vascos’. Aúna la perseverancia vasca con la chispa ingeniosa del sur, una mezcla imbatible para alguien que se gana la vida ejerciendo el oficio más complejo, y a veces ingrato, del mundo: entretener. Actuó en el Buero Vallejo y no dejó a nadie indiferente.

¿Le molesta que le denominen payasa?

No, para nada, de hecho me encanta pero debo aclarar una cosa: yo no soy payasa, esa es una profesión a la que hay que respetar mucho, son los clown pero la mejor crítica que me han hecho en teatro fue con la obra ‘Alegría las justas’, en la que un crítico de ABC escribió que yo era “una pasaya de primera”. Creo que eso es lo mejor que nos pueden decir a un cómico.

¿Quién fue la primera persona en reconocer que tenías gracia?

El humor es una herramienta intrínseca en mí, creo que lo tengo en mi ADN. Me ha servido incluso para la vida. He de decir también que nadie tiene sentido del humor continuamente, todos tenemos claros y oscuros. En nuestra profesión suele ocurrir que pasamos mucho tiempo solos y hay que tener mucha fortaleza para sobrellevar eso. Intento aplicar el sentido del humor a mi vida, de hecho estoy impartiendo cursos de humor como herramienta a nivel emocional. De tanto trabajar con el humor, me ha llamado mucho la atención como herramienta, que para mí es innata pero para otras personas, no.

Estudió arte dramático en Sevilla. ¿Existe el humor regionalista?

Creo que el humor depende del tejido cultural al que pertenecemos. Igual que no a todo el mundo le hacen gracia los Morancos, (Andalucía) tampoco a mucha gente le hace gracia Eugenio, (Cataluña) o Muchacha Nui (Castilla La Mancha) porque todo depende del círculo al que perteneces. No se puede hacer el mismo chiste si vas a actuar en un teatro de Gracia de Barcelona que si lo haces en Toledo, pero no por nada, sino porque el tejido socio-cultural es distinto. También se nota si se actúa para gente joven o para gente con una media de edad alta.

¿Y tienes algo de humor andaluz?

Hombre, yo como soy vasco-andaluza tengo algo de esa mezcla pero mi humor es muy personal y muy propio. Lo primero que nos enseñan a los cómicos es que la comedia es verdad, dolor y distancia. Cuando tú hablas desde tu verdad y desde tu “dolor” es mucho más fácil que a la gente le llegue el humor. Por ejemplo yo tengo un texto que habla sobre las mujeres que tienen la nariz grande, hablo sobre vivir en Vallecas, hablo sobre ser mujer y tener más de 40 tacos, hablo desde mi verdad. Al igual que un andaluz, un vasco y un catalán hablan desde la suya.

¿Se liga teniendo sentido del humor?

Las mujeres, ni de coña mientras que los hombres muchísimo porque a las tías nos gusta que nos hagan reír. Muchos compañeros míos se bajaban del escenario y ya tenían mucho camino ganado para ligar con cualquier tía sin embargo, la mujer cuando hace reír, en general, tiene el cliché de ser la listilla, la amiga de la tía buena. A mí no se me suele acercar nadie después de una actuación.

¿Qué le hace reír?

Muchas cosas, me río mucho conmigo misma y de mis absurdeces. Me ocurren muchas cosas tontas. De cuando en cuando me pongo a Gila, me sé sus chistes de memoria, es un referente, para mi gusto, brutal.

¿Qué diferencia hay entre un sketch y una performance?

Un sketch es una escena de comedia corta y en una performance se puede mezclar, a nivel artístico, varias facetas artísticas. La performance no tiene por qué ser cómica mientras que es sketch, sí.

¿Qué cualidades debe poseer un buen monologuista?

Es complicado, cada vez van saliendo más con diferentes cualidades, cosa que está bien que ocurra. Sobre todo de tener fortaleza y perseverancia porque hay que tener en cuenta que no siempre se ríe la gente a la primera. Los compañeros a los que admiro suelen ser personas muy generosas.

¿No cree que hay burbuja de monologuistas?

Igual que en otros campos del arte, ha habido mucho intrusismo porque mucha gente ha pensado que este mundo era muy fácil, que se podía ganar mucho dinero y es todo lo contrario. Se trabaja mucho, se tarda muchísimo en escribir un buen chiste. Media hora de texto conlleva muchas horas de sacrificio. Yo, por un lado, soy actriz y por otro, monologuista.