Ocupa cerca de seis millones de metros cuadrados en el distrito de San Blas-Canillejas con unas zonas verdes espacio que duplicarán en extensión a las del Parque del Retiro.
Un lienzo en blanco para el nuevo urbanismo siglo XXI. Así se presenta la Nueva Centralidad del Este (NCE), el proyecto que desde hace casi 30 años busca su destino. Unos terrenos que en un primer momento aspiraban a albergar la Villa Olímpica de los Juegos Olímpicos de 2020, pero la historia tenía otros planes.
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Por el momento, son una incógnita, pero el Ayuntamiento de Madrid –dueño de la mayor parte de los terrenos- sigue estudiando qué hacer con esa enorme bolsa de suelo. La NCE ocupa cerca de seis millones de metros cuadrados, junto a la M-40 y el estadio Civitas Metropolitano.
Aspira a ser el futuro barrio tecnológico y de la innovación de la capital. Para ello, apostará por las viviendas y edificios sostenibles, las infraestructuras inteligentes, los grandes espacios verdes y la actividad económica.
En concepto de vivienda, se contempla la construcción de hasta 20.000 unidades en los próximos 20 años, el 30% destinadas a protección oficial. Para su construcción se utilizarían materiales reciclados o sostenibles. También se contempla diseñar los edificios para reducir el gasto energético con modelos de eficacia energética y nulo consumo, y aplicar fuentes renovables de energía que permitan un mayor grado de autosuficiencia energética.
Se aplicarían nuevas tecnologías para reducir las necesidades de calefacción y refrigeración de las viviendas en un 75%, así como para facilitar el reciclaje y reducir la generación de residuos.
La eficiencia energética debe vertebrar el planeamiento de la NCE, teniendo en cuenta la planificación a largo plazo del mismo, y el avance de las tecnologías y de investigación. La eficiencia energética tiene un enfoque global, al promover la movilidad desde el transporte público desde el acercamiento a la movilidad con transporte. En total, el 70% del espacio edificable espacio se destinará a uso residencial y el 30% restante a uso terciario.
Movilidad inteligente
La NCE apuesta por la movilidad inteligente, lo que reduciría los desplazamientos del hogar al trabajo y reduciría las emisiones de C02. Para ello prevé potenciar el uso de los coches eléctricos y construir 50 kilómetros de carriles independientes para bicicletas o patinetes eléctricos, así como sendas verdes para corredores.
El nuevo enclave conectará sus tres zonas principales (norte, centro y sur) de forma práctica con el objetivo de alcanzar el concepto de «ciudad 15 minutos», que consiste en que los ciudadanos puedan satisfacer sus necesidades básicas en un entorno de 15 minutos andando desde sus viviendas.
El futuro barrio que vertebrará Madrid en el noreste de la capital cuenta con 2.2 millones de metros cuadrados -una tercera parte del total de la superficie- destinados a zonas verdes y al Bosque Metropolitano. Se trata de un gran eje verde que atraviesa el distrito de norte a sur y comunica con barrios colindantes y ejes transversales.
Esta nueva superficie también tendrá un parque en la zona sur que incluirá lagunas donde se concentrará la mayor parte de la oferta residencial. Con ello aspira a ser el nuevo pulmón verde en el interior de la M-40, ya que el futuro barrio cuenta con una superficie que duplicará la del madrileño Parque del Retiro.
El proyecto también cuenta con un sistema abierto de aguas pluviales para recoger y limpiar el agua de lluvia. Se trata de un sistema que permite reducir las inundaciones y aumentar la biodiversidad en el entorno.
La NCE será un ejemplo de innovación verde y una referencia de barrio que minimice el impacto de las ciudades en el cambio climático, como ya hacen el barrio de Augustenborg en Suecia, el eco barrio de Ginko en Burdeos (Francia) o el LiesingMitte en Austria.
El nuevo barrio proyectado se presenta como un proyecto que mejorará la calidad de vida y de la ciudad de Madrid mediante el impulso de talento, innovación y economía, cohesionados con un desarrollo sostenible y un urbanismo planificado en el siglo XXI que den respuestas a las necesidades sociales y de vivienda.
Desde el punto de vista empresarial, se contempla la creación de un distrito de la innovación que atraiga el talento e impulse la actividad económica, proporcionando suelo para la actividad económica verde y nuevos modelos de oficinas. Los espacios estarán orientados a atender las nuevas necesidades de trabajo de las empresas de innovación.
Concebido como barrio inteligente, abogará por el uso de energías renovables (paneles solares, energía eólica, biogás…), por la automatización y gestión de distintos servicios y por la integración tecnológica en el urbanismo desde la propia concepción del diseño con la implantación de un entramado de sensores que permitan medir indicadores de calidad o movilidad.
Hay que destacar que la NCE se encuentra en una posición privilegiada, ya que está rodeada de infraestructuras consolidadas y puede integrar diferentes tipos de actividad empresarial productiva como la relacionada con la sanidad, tecnología o la biomedicina. El futuro barrio también aspira a fomentar otras actividades económicas y hasta albergar universidades de prestigio.
La NCE no tiene plan de sectorización aprobado, lo que convierte a este lugar de Madrid en un espacio de grandes oportunidades.
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