Con toda nuestra fuerza

2021 nos aguarda con todos sus meses desplegados con la esperanza de que pongamos toda nuestra fuerza en el empeño.

Tempus fugit, decían los latinos, el tiempo vuela tan rápido que a veces ni tan siquiera nos hace reparar en las consecuencias de su paso. Parece que era ayer, sí, cuando todos disfrutábamos de unas calles atestadas celebrando las pasadas navidades y nos encomendábamos a un 2020 que se prometía feliz: la economía, sin llegar a los ratios previos a 2008, empezaba a crecer, el PIB de Madrid acababa de superar al de Cataluña, nuestras caras reflejaban alegría y tranquilidad.

Pero los malos augurios informativos del primer trimestre nos llevaron, ya llegado marzo, a la peor de las realidades. Las calles se vaciaron y nuestras expectativas cambiaron totalmente. Incertidumbre, muerte, paro… Tempus fugit, y de aquella cuarentena que ilusamente creíamos al principio que bastaría con cumplirla en su literalidad hemos llegado a 2021 inmersos aún en la pandemia, aunque en una situación diferente. El haber ido recuperando poco a poco, en primer lugar, de nuevo las calles y el anuncio, en segundo, de la llegada de las vacunas son algo más que farolillos navideños que van iluminando el camino. Estamos en medio de la catástrofe, sí, pero se atisba la luz. Y como dice el presidente del Partido Popular, Calos Díaz-Pache, en una entrevista que publicamos en este número, no hay razones para que, una vez superada la crisis sanitaria, no se vuelva a la verdadera normalidad.

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Pero para que esto ocurra, al margen del acierto que en las medidas para alcanzar la recuperación pongan políticos, científicos y administraciones, hay algo más, mucho más importante. Está la fuerza y el empeño que nosotros, los ciudadanos, pongamos para superar esto. La situación es tan complicada que no podemos delegar en ningún agente, por mucho que confiemos en él, para salir de esta y conformarnos, si luego sale mal, con criticarle y echarle las culpas. Tenemos que ser capaces de crear una conciencia social que nos haga creer firmemente que el empuje de todos y cada uno de nosotros es completamente necesario para superar esta situación. Y de que realmente se puede. Es esa convicción la única fuerza que nos puede llevar a superar a este inesperado caos, a que todo de nuevo fluya y revierta, y tal vez a que una vez superado nos depare una sociedad más humana. No nos quedemos en el vestuario asumiendo una derrota y confiemos en una remontada que tiene certeros visos de realidad.

Obedezcamos las recomendaciones sanitarias. Pero, mientras lo vayan permitiendo, recuperamos nuestras calles, regresemos a nuestros bares y creámonos de verdad que somos capaces de superar esto. 2021 nos aguarda con todos sus meses desplegados con la esperanza de que pongamos toda nuestra fuerza en el empeño, en el fondo conocedor de que si lo hacemos, antes o después lo conseguiremos. Tempus fugit. Con toda nuestra fuerza: feliz 20201, feliz Año Nuevo.