El IES Francisco de Quevedo visita el sitio arqueológico de Atapuerca

El pasado jueves 9 de febrero los alumnos de 1º de Bachillerato del I.E.S. Francisco de Quevedo realizaron una visita al yacimiento de Atapuerca. Ubicado a unos 16 kilómetros al este de Burgos, en él los estudiantes pudieron comprobar de primera mano las pruebas empíricas que respaldan la teoría evolutiva, así como los restos de homínidos más antiguos hallados en el continente europeo.

Organizado por el Departamento de Filosofía del instituto, este viaje tiene como finalidad reforzar los contenidos teóricos vistos en el aula. Para comprender el mundo que nos rodea y a nosotros mismos, fomentamos que nuestro alumnado conozca los principales aspectos de la teoría evolutiva y de la filogenia humana. La existencia de un yacimiento de primer orden mundial a tres horas de viaje ofrece la oportunidad de comprobar in situ las evidencias empíricas que respaldan lo que hemos aprendido, observando el trabajo de campo de los arqueólogos y examinando los restos fósiles originales.

IES Francisco de Quevedo visita Atapuerca

El viaje estuvo dividido en tres partes. En primer lugar, una visita a las excavaciones de la Sierra de Atapuerca. En segundo lugar, un taller práctico de construcción de herramientas prehistóricas  en el Centro de Arqueología Experimental (CAREX). Finalmente, los alumnos pudieron observar en el Museo de la Evolución Humana los fósiles conservados de la fauna local y de los distintos tipos de homínidos: falanges, cráneos, astas, mandíbulas, etc., y también una colección de herramientas líticas talladas por nuestros antepasados.

Con esta actividad extraescolar, el I.E.S. Francisco de Quevedo busca enriquecer la formación de los alumnos, llevándolos al lugar donde se han encontrado algunos de nuestros más remotos orígenes, y que en el año 2000 fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.

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Un yacimiento único en el mundo

Como la mayoría de los grandes descubrimientos arqueológicos, los orígenes de Atapuerca están ligados al azar. En 1896, la empresa británica The Sierra Company Limited, que se proponía unir por ferrocarril los Altos Hornos de Bilbao con la ciudad de Burgos y la vecina localidad de Villafría, realizó un hallazgo sorprendente. Las obras realizadas en la Sierra de Atapuerca dejaron al descubierto los primeros indicios de una riqueza arqueológica que a día de hoy todavía no ha sido explotada en su totalidad.

IES Francisco de Quevedo visita Atapuerca

Sin embargo, fue en la década de los años sesenta cuando comenzaron las excavaciones siguiendo una metodología científica, iniciadas por el prehistoriador Francisco Jordá Cerdá, y continuadas por Emiliano Aguirre a partir de 1976. Desde 1990, los directores del yacimiento son Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, tres de los más prestigiosos paleoantropólogos del mundo, que, además de realizar excavaciones, son autores de numerosas publicaciones, que abarcan desde libros de divulgación de gran éxito editorial a artículos especializados en revistas científicas.

Lo que ha convertido a Atapuerca en un yacimiento tan significativo es su posición geográfica privilegieda. A lo largo del neolítico fue una zona de paso con valles, montañas y un cauce fluvial abundante, lo que atraía no solo a nuestros ancestros, sino a también a una fauna muy variada, de la que se han encontrado ejemplares de rinocerontes, bisontes, caballos, tortugas, osos o tigres.

IES Francisco de Quevedo visita Atapuerca

Pero lo más destacado del yacimiento es la presencia de, al menos, cinco especies de homínidos:  homo antecessor, preneandertal (hasta hace poco homo heidelbergensis), homo neanderthalensis y homo sapiens. A estas especies hay que sumar el hallazgo reciente de restos de homo erectus, que todavía están siendo analizados por los especialistas. Además, se ha constatado la presencia de un homínido que todavía no ha sido identificado, clasificado genéricamente como homo s.p., de al menos 1.200.000 años de antigüedad. De todos estos restos, sin embargo, fue el descubrimiento del homo antecessor, «el hombre explorador», el que puso a Atapuerca en el mapa mundial de la paleoantropología en 1994.

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