“Ser recortador es jugarse la vida sin capote y sin nada”

Vecino de la Avenida de Guadalajara, Álvaro Piqueras despunta en una faceta poco habitual del mundo de los toros: la de recortador. Lo hace por afición: “Te juegas la vida pero no se gana dinero”. Entre sus toreros admirados, uno del distrito: “La torería de El Yiyo hacía que se levantara la plaza”.

Cómo le surge la afición a los toros?

Mi afición viene desde bastante pequeño. En concreto de la familia por parte de mi madre. Mi abuelo me llevaba siempre a la plaza del pueblo, en Castilla y León. De ahí viene. Recuerdo que con tres años una vez insistí, en unas fiestas, en que quería pisar la arena de la plaza. Y me tuvieron que sacar corriendo porque se abrió el portón y salió el toro. También me viene de ver con mi abuelo paterno los toros por Canal+. Ya con diez años, once, empecé a decir que quería ser recortador. Aunque sé que es más pasión que otra cosa. Te juegas la vida pero no se gana dinero. Con un grupo de amigos del distrito solía ir a todos los festejos que podía. Hasta que llegó la pandemia.

¿Qué es ser recortador?

Ser recortador es jugarse la vida sin capote y sin nada. Es ir al toro a cuerpo limpio. Se trata de esquivar al toro con tu propio cuerpo. Lo tienes que esquivar con la cadera mediante recorte, quiebro o salto. En principio se utilizaba siempre el recorte, doblando la cadera y consiguiendo que el toro pasara por detrás de tuya. Luego se fue ampliando esta faceta.

¿Cómo se aprende a ser recortador?

Depende del sitio en que vivas. En algunos lugares de Castilla y León, como en el pueblo de mis abuelos, nace la gente con ello. Pero hay academias, como la de Paquito Murillo aquí en Madrid, una de las más reconocidas. Ahí preparan a los chavales con carretillas y demás para que aprendan a ser recortadores. Primero se empieza con vacas y novillos. Luego, claro, llegan los toros bravos. Yo de momento solo lo he hecho con novillos.

Clara, su novia, presente en la entrevista, puntualiza que “es un arte muy arriesgado. Cuando estoy en la plaza, como espectadora, el toro me impone un montón. Me pongo en la piel del torero y sufro muchísimo. Nunca voy a verle. Sería incapaz de estar ahí, con él en la plaza”.

¿Qué le dice la gente con respecto a su afición?

Me suelo rodear de gente que tenga mis pasiones y mis ideas. Sí es verdad que ha habido gente que me ha criticado los toros. Yo les intento explicar lo que es el mundo del toro, un arte bastante bonito, en el que existe la muerte, sí, pero que es apasionante. Al mundo del toro no se le debería conocer en una gran plaza, como Las Ventas, sino en el campo. Y que un ganadero te cuente todo el proceso que hay hasta que el toro llega la plaza.

¿A qué se dedica?

Estoy estudiando marketing y publicidad. También trabajo en un medio de comunicación, Estado de Alarma. Tengo varias pasiones, la lectura, el cine…, pero si me pones un toro voy a elegir esto siempre… De todos modos, lo que quiero ser en el futuro, cuando pase el tiempo, es policía nacional.

Ya que estudia marketing y publicidad, ¿no considera que el mundo del toro debería trabajar mejor la imagen que transmite al exterior?

Podría ser, pero lo tienen muy limitado. Además, hay pocos programas, como por ejemplo Tendido Cero, en La2. Hay algunos periodistas, como Miguel Ángel Moncholi, que intentar transmitir lo que es el mundo del toro, pero no es una tarea fácil…

Alvaro Piqueras recortador toros

¿Le gustaría recortar en Las Ventas?

Era una ilusión cuando era más joven. Voy como aficionado, claro. Soy abonado. Es que enfrentarte a un animal de 500 kilos que pase a unos milímetros de tu pierna…

¿Qué ídolos tiene?

En el mundo del recorte me gustan mucho Pablo Martín Guindi, Cristián Moras y El Peta. También Pablo Aguado y Emilio de Justo como toreros, que han empezado hace poco, pero están demostrando que tienen una gran proyección.

Pese a su juventud, ¿recuerda a un torero del distrito, El Yiyo?

Soy joven, tengo 21 años, pero por supuesto que lo recuerdo. Una figura del toreo como Paquirri, Bienvenida, Dominguín…Toreros de los de antes. Pero El Yiyo tenía algo especial. Su torería hacía que la plaza se levantase. El mero hecho de que estuviera en el cartel llenaba la plaza.

¿Y no ha tenido nunca intención de ser torero?

Me lo han ofrecido. Mi padre conoce a un apoderado y me lo propusieron. Pero, no.

¿Espera, transcurrido el tiempo, llegar a triunfar en los toros?

Triunfar lo que se dice triunfar en el mundo del toro, no. Seguiré yendo a sitios, plazas, viendo a mis compañeros… Pero si hablamos de esa palabra en concreto, creo que no.