Las Tertulias en La Gradona: Mujeres emprendedoras de SBC
Página del Distrito ha debatido sobre uno de los temas de mayor interés actual, con el objetivo de ahondar en la mejora laboral: las mujeres emprendedoras. Para analizar esta situación en el distrito de San Blas-Canillejas hemos contado con la amable participación de: Ana Rojo, doctora especialista en neurología; Alicia Duque, abogada; Mari Paz Belmonte, gerente de tecnología; Verónica Franco, consultora psicológica; Lara Quiñones, empresaria
¿La mujer se encuentra integrada en el mundo laboral?
Ana Rojo ( A.R.): Integrada ha estado siempre, otra cosa es que esa integración haya sido o no reconocida y remunerada. La mujer trabaja desde que es niña, incluso más que sus hermanos mayores. Aunque ya estamos más integradas, no estamos equiparadas salarialmente, ni con los mismos derechos.
Alicia Duque (A.D.): Sí se encuentra integrada pero bastante limitada. Tenemos acceso a determinados puestos de trabajo, pero hay otros a los que es muy difícil llegar. Bien sea por temas de familia o porque no nos consideran suficientemente capaces.
Verónica Franco (V.F.): Todavía no lo suficiente. Socialmente se han establecido empleos más masculinos y otros más femeninos. Eso hace que se dificulte la integración femenina al mercado laboral. Todavía tiene que pulirse la amplitud mental respecto a la mujer trabajadora.
Mari Paz Belmonte (MP.B.): Todo depende del ámbito donde se mueva la mujer. En mi caso, cada vez es más frecuente ver a mujeres en puestos de informática. Incluso en puestos elevados, pero se sigue viendo raro. Es decir, consideran rara a la mujer que ha decidido irse por la rama de la ciencia.
Lara Quiñones (L.Q.): El perfil de la mujer cada vez es más influyente en el ambiente laboral. En cuanto a capacidad de poder llegar a puestos elevados hemos dado un gran paso, pero sigue siendo insuficiente el porcentaje representativo frente a los hombres.
¿Cuáles son las principales barreras que encuentran las mujeres para el emprendimento laboral?
(A.R.): Por una parte son las mismas que nos ponemos nosotras. Somos diferentes a los hombres y no tenemos que igualarnos a ellos. Las mujeres somos quienes decidimos en qué sector trabajar. Por eso en ciertos trabajos buscan un perfil determinado.
(A.D.): A la hora de comenzar en un trabajo, quizás las barreras no sean tan diferenciadas entre hombres y mujeres. Las barreras están en el acceso a los puestos altos. Y todo eso se puede cambiar con la educación. Que a las niñas les enseñen que pueden dominar el mundo con cualquier trabajo. Para que luego puedan extrapolarlo a la vida adulta y romper cualquier barrera.
(V.F.): Muchas de estas barreras se crean bajo pensamientos psicológicos negativos, que se han venido creando por diversas influencias. Si una mujer se organiza bien, puede ser todo lo que se proponga. Se trata de romper las barreras mentales que nos impiden avanzar, ignorando el pensamiento sesgado y machista actual.
(MP.B.): La barrera más importante – y la más difícil de atravesar – nos la ponemos nosotras mismas. Pensamos que no podemos llegar. Otra barrera es la histórica. Es decir, el clásico «las mujeres se tienen que quedar en casa a cuidar de los hijos». Por fortuna se ha ido reduciendo bastante y las mujeres somos autónomas para decidir nuestro futuro.
(L.Q.): España tiene poco espíritu emprendedor. El fallo principal es que las personas tememos quedarnos sin nuestro patrimonio porque toda la responsabilidad económica es nuestra. En el caso de las mujeres, veo que hay pocos casos de éxito. O, por lo menos, casos visibles. Todo el mundo habla de Amancio Ortega pero de los resultados de Marta Ortega, nadie. Es un factor social que no motiva para nada.
Ana Rojo:
“Trabajar en medicina por cuenta propia requiere una tecnología muy cara”
¿Existe todavía cierto complejo en determinadas personas al ser atendidos por una mujer?
(A.R.): Como doctora puedo asegurar que no hay ningún tipo de complejo. En ninguno de mis años de experiencia he tenido situación alguna que un paciente quiera ser atendido por un médico varón.
(A.D.): Aquí discrepo profundamente. Pero no son sólo los hombres los que piden ser atendidos por otros hombres, sino también las mujeres. Parece ser que las mujeres no tenemos carácter suficiente para esta profesión. Desde aquí quiero aportar mi granito de arena desmintiendo este tópico social. En abogacía las mujeres siempre vamos por detrás, y raramente somos las primeras opciones.
(V.F.): Históricamente hemos tomado mal este camino. No se trata de comparar quién puede hacerlo mejor porque no hay diferencias. La combinación entre hombres y mujeres puede ser exitosa. Cuando en determinadas empresas hay solo mujeres, o sólo hombres, se produce un choque.
(MP.B.): El mundo de la tecnología siempre se ha visto como el mundo de los hombres. Entonces, cuando ven a una mujer no les importa que les atienda, porque entienden que si ha llegado ahí es porque es mejor que muchos hombres. Nosotras tenemos ese punto de sensibilidad que la mayoría de hombres no tienen. Eso para el cliente es oro, porque genera fiabilidad.
(L.Q.): Depende de lo ignorante que sea la parte que tienes enfrente. Si uno tiene miedo de que le atienda una mujer es porque no ha recibido una buena educación. En mi caso personal, ese complejo lo he notado en las relaciones comerciales con proveedores. Más que miedo, lo veo como una cuestión de ignorancia hacia las capacidades de la mujer.
Alicia Duque:
“No haber cambiado mi carácter me ha llevado a conseguir mis objetivos”
¿Qué es más difícil, llegar o mantenerse en la cima como mujer emprendedora?
(A.R.): Bajo mi experiencia personal, llegar fue fácil. Ahora bien, una vez que estás ahí tienes mucha responsabilidad, porque te tienes que ocupar de muchas cosas a la vez. Ha habido veces que he colapsado mentalmente cuando mi hijo estaba malo, pero hacía de todo con tal de no faltar al trabajo. Muchas veces te obligan a ser supermujeres cuando es imposible. Ni debemos pretender serlo.
(A.D.): Para mí fue más difícil llegar que mantenerme. Una vez que ingresé en el bufete de abogados, me di cuenta de que quería montar mi propio despacho. Ahora que lo tengo es algo más sencillo mantenerse, pero haber llegado hasta aquí, hasta ser empresaria, me ha costado mucho.
(V.F.): Aquí lo ideal sería pararse a analizar el cómo se llega. Mayoritariamente suele ser por esfuerzo, pero también entra la posibilidad de alcanzar el éxito gracias al apellido o a influencias sociales. Como psicóloga, he de decir que suelen triunfar más a largo plazo aquellos que llegaron por méritos propios.
(MP.B.): Emprender no es solo tener tu empresa. Tener una carrera profesional en el mundo laboral actual ya es emprender. Tiene mucho mérito ir subiendo escalafones y rompiendo barreras. Suele ser la parte más invisible pero más intrínseca del emprendedor. Emprender es una carrera de fondo.
(L.Q.): Mantenerse en el éxito se ha convertido en conformarse con lo que se tenga, sea mucho o poco. La concepción del éxito ha cambiado. Para poder mantenerte tienes que ser sumamente competitivo. Mantenerse requiere muchas aptitudes y recursos que no siempre los tienes. Si me diesen a elegir, yo prefiero llegar.
Verónica Franco:
“Ser autónoma es lo que me ha hecho sentirme libre y satisfecha”
¿La conciliación familiar es un problema añadido?
(A.R.): Sí. Tanto los hombres como las mujeres se deberían de coger el tiempo de baja. De esta manera, los hombres no contarían con esa ventaja frente a las empresas. Es una lucha muy larga y costosa, pero se hace en favor de la sociedad. Con el objetivo de que los niños no sean un impedimento laboral, sino una oportunidad.
(A.D.): Hemos conseguido que se equiparen los derechos de la mujer. En el terreno social está estupendo, pero en el laboral surgen muchos más problemas. Por mucho que mi hijo se ponga con 40 grados de fiebre no puedo faltar a un juicio. Eso ya no depende de mí. Lo de mi hijo no sería un argumento válido. La conciliación familiar en diferentes sectores va a ser prácticamente imposible por las obligaciones laborales.
(V.F.): Yo lo suelo ver de una manera alternativa. Que los padres estén obligados a acudir a sus puestos de trabajo, y que ellos mismos se esfuercen por cumplirlo siempre, construye una base para que los hijos aprendan el sentimiento de responsabilidad. Eso es muy positivo para su futuro, tanto laboral como en el enfoque de la vida. En otras comunidades, los niños aprendieron de los padres que no hace falta trabajar cuando se debe. Lo único que va a generar esto son familias disfuncionales, con pocas posibilidades de emerger económicamente.
(MP.B.): La conciliación cada vez es más fácil. Que los hombres tengan ahora los mismos permisos laborales facilita que la mujer tenga mayores oportunidades. La conciliación familiar también se trabaja en los acuerdos familiares. Es decir, que el padre y la madre pacten por igual de condiciones el cuidado del niño. Se trata de educar dentro de casa. Esa vieja mentalidad de que la madre es la que tiene que dejar el trabajo se ha quedado atrás.
(L.Q.): Por fortuna hemos conseguido que en las entrevistas no se escoja según el género. Ambos van a repercutir de la misma manera, entonces se elige al mejor candidato. Eso ya es un gran avance. El teletrabajo también ha ayudado mucho a la conciliación familiar, ya que se puede trabajar desde casa y preocuparte de los niños al mismo tiempo. Los jóvenes son los que están impulsando la conciliación familiar.
Mari Paz Belmonte:
“Tener una carrera profesional en el mundo laboral actual, ya es emprender”
Para el crecimiento laboral, ¿es mejor trabajar por cuenta propia o por cuenta ajena?
(A.R.): Trabajar en medicina por cuenta propia requiere tener una tecnología muy cara que es imposible costearse. Sin un material mínimo no puedes ejercer la profesión. En mi caso nunca he sido autónoma, pero sé de compañeros que decidieron emprender pero tuvieron que abandonar. Además de que la medicina es una profesión dependiente de otros compañeros.
(A.D.): Bajo mi experiencia, considero más gratificante ser autónoma. Realmente es aquí donde tienes los mayores problemas y donde buscas las mejores soluciones. Digamos que te vuelves un profesional más completo para superar las dificultades que van apareciendo. Trabajar por cuenta ajena te asegura tener tu nómina fija a final de mes. Siendo autónoma todo se vuelve imprevisible. Tienes que controlar muchas más cosas para que tu negocio funcione correctamente. Al final eres el principal responsable.
(V.F.): Hay ciertas profesiones que requieren trabajar para alguien. No todo el mundo puede volverse autónomo. En mi caso, decidí montar mi propio negocio bastante joven. Desde luego que gané mucho profesionalmente. Poder ofrecer empleo a otras personas es gratificante para mí. Cuando era joven siempre quise trabajar de lo que estudié, por eso ofrezco esa posibilidad. Ser autónoma es lo que me ha hecho sentirme libre y satisfecha.
(MP.B.): Nunca he sentido la necesidad de emprender pero sí que siento curiosidad. Estoy muy cómoda siendo una asalariada. Quizás no ha llegado el momento de emprender. Son cosas que van surgiendo y en las que influyen muchos factores. Lo veo un tema demasiado personal. Va en función de lo que quieres, de lo que necesitas en ese momento. Al final se trata de estar donde uno se sienta más realizado profesionalmente.
(L.Q.): En mi caso trabajo en un despacho de abogados y también me he quedado con la peluquería de mi padre. Sé muy bien de ambas corrientes laborales. Si tuviese que decidir me decantaría por la peluquería. Me gusta ir desarrollándola y gestionar todo el capital humano y económico. Llevar una empresa me ha hecho desarrollarme profesionalmente y personalmente para luego trasladarlo a la abogacía.
Lara Quiñones:
“Mantenerse en el éxito se ha convertido en conformarse con lo que se tenga”
¿Para abrirse camino en el mundo laboral habéis tenido que cambiar vuestra forma de ser, pensar o actuar?
(A.R.): No creo. Una persona va cambiando constantemente y también sucede lo mismo en el trabajo. No por obligación, sino por madurez. Se trata de ir adaptándose a las circunstancias. En mi caso nunca he tenido que cambiar de actitud, ni tampoco me ha obligado nadie. Por eso se trata de mostrarse siempre uno mismo y no aparentar. Te tienen que contratar por cómo eres.
(A.D.): Nunca he cambiado mi forma de ser. Como dice Ana, se trata de ir moldeando tu vida sobre los cambios que se van produciendo. Muchos de ellos son forzados por las situaciones, pero no lo veo como algo malo. Al fin y al cabo es desarrollo personal y en el ámbito laboral siempre es bueno curtirse más y más. Me considero una persona con una personalidad fuerte, y no haber cambiado mi forma de ser me ha llevado a conseguir muchos objetivos.
(V.F.): A pesar de ir modificando mi persona con el paso del tiempo, nunca he perdido mi esencia. En mi profesión es muy importante el cambio para entender a mis clientes. Y no es ningún sacrificio, porque respeto mis valores. Sigo en constante evolución y no puedo comparar a mi «yo» de hace 10 años, con mi «yo» dentro de 10 años. Ajustarme a nuevas líneas de pensamiento me hará mejor profesional. Lo mismo sucede en la mayoría de los trabajos.
(MP.B.): Desde luego que hay algo que cambias dentro de ti. Es inevitable. Lo que más cambia es la madurez a lo largo del tiempo. La personalidad sigue siendo la misma, pero adquieres matices. Lo que cambia a una persona son las experiencias y eso es muy rico si nos referimos al trabajo. Me alegro de ser quien soy hoy en día y de haber evolucionado sin dejar de ser yo.
(L.Q.): Trabajar durante un cierto tiempo me ha hecho madurar y ponerlo en práctica en mi vida privada. Lo mismo sucede si fuese al revés. He aprendido a ser selectiva en el trabajo. Con quien quiero trabajar y con quien no quiero -refiriéndome a la peluquería-. Pero como abogada pasa lo mismo, aprendes a tratar con las personas. Al igual que Verónica, yo también trato con muchas personas y con ellas he aprendido a evolucionar como persona.