Las Tertulias de La Gradona: Estrategias de coaching para crecer y superar límites
En esta edición, Página del Distrito ha puesto el foco en el coaching y el desarrollo personal, un ámbito que gana protagonismo en un mundo que exige reinventarse constantemente. Para profundizar en los retos y oportunidades que implica impulsar nuestro crecimiento individual, hemos contado con la valiosa colaboración de: Alberto Alonso, coach profesional; Myriam Cobos, experta en desarrollo y escritora; Lourdes Martínez, mentora de mujeres en tecnología; y Elena Naranjo, coach y escritora.
¿Qué es el coaching?
Alberto Alonso (A. A.): Es un acompañamiento que se les ofrece a las personas para que vean qué cambios quieren hacer en sus vidas para ser mejores. Lo que se busca es que mejoren en algún aspecto concreto para que luego puedan extrapolarlo a otras cosas y ser esas personas que siempre han querido ser.
Myriam Cobos (M. C.): Es el ejercicio de ayudar a las personas a tener una mejor vida y a tomar las mejores decisiones posibles. Todo empieza por analizar las cosas de forma consciente y racional. Se aplica tanto a cuestiones físicas como mentales y emocionales, y es la base para una vida más feliz.
Lourdes Martínez (L.M.): Es un proceso de acompañamiento en el que, mediante preguntas, ayudamos a las personas a descubrir sus propósitos, valores y emociones. De este modo, pueden comprenderse mejor y orientarse hacia lo que realmente desean.
Elena Naranjo (E. N.): Es una manera de guiar a las personas para que puedan cumplir sus objetivos, metas y sueños en la vida. Nosotros somos los que vamos con ellos de la mano y los acompañamos a atravesar las dificultades.
¿Qué papel juega el autoconocimiento en el proceso de transformación personal?
(A. A.): A mí me gusta decir autodescubrimiento, porque siempre nos encontramos con lo que no sabíamos de nosotros mismos. Es algo realmente importante. Lo que pasa es que mirar hacia adentro cuesta, porque siempre tendremos una opinión subjetiva y enjuiciada de nosotros mismos. Ese pensamiento negativo hacia nosotros mismos es lo que nos limita a progresar. Para esto es está precisamente el coaching: para ayudar a conocerte mejor y que descubras todas las cosas positivas que viven en tu personalidad.
(M. C.): Conocerse a uno mismo es la base para una vida feliz, porque sabrás tomar las mejores decisiones. Y para ello hay que hacer un gran ejercicio de introspección, de hurgar dentro de uno mismo para saber quién es en realidad. Como entrenadora de tai chi, defiendo, además, que todo conocimiento parte de saber cómo funciona el cuerpo humano, cómo lo movemos y qué podemos hacer con él.
(L.M.): El autoconocimiento es fundamental, porque solo cuando uno se detiene de verdad a mirarse por dentro empieza a entender qué le mueve, qué le frena y qué necesita para avanzar. Y es precisamente a partir de ese momento, cuando ya tienes claro quién eres y qué lugar ocupas, que puedes empezar a ordenar tus deseos, darles sentido y alinearlos con un propósito claro, sólido y sostenible en el tiempo.
(E. N.): Vivimos tan acelerados que casi no nos damos espacio para detenernos y observar qué está pasando dentro de nosotros. Y lo preocupante es que hemos terminado normalizando una versión superficial de quiénes somos, sin concedernos la oportunidad de explorar nuestro verdadero potencial. Tenemos que soltar todos los ideales que tenemos para resetearnos. Es aquí donde luego pensamos que teníamos una imagen equivocada de nosotros mismos.
Alberto Alonso:
“Todo parte del juicio que tenemos de nosotros mismos”
¿Es posible cambiar sin antes entender quiénes somos realmente?
(A. A.): Para que ese cambio perdure en el tiempo, es necesario realizar un ejercicio de introspección verdaderamente profundo. Uno que nos permita revisar nuestras creencias, emociones y conductas con honestidad para generar efectos sostenibles a largo plazo. Este proceso se apoya en tres pilares esenciales: ser, sentir y tener, que funcionan como una guía para comprender quiénes somos, cómo nos afectan nuestras emociones y qué necesitamos construir para vivir de forma coherente con nuestro propósito.
(M. C.): Cambiar sin antes comprender quiénes somos realmente es extremadamente limitado, porque cualquier transformación superficial tiende a ser temporal y poco coherente. El autoconocimiento profundo actúa como base para cualquier proceso de cambio, nos permite identificar patrones, valores y motivaciones auténticas.
(L.M.): Es necesario tener la actitud de querer cambiar. Normalmente estamos cerrados en el bucle de cumplir con las tareas, responsabilidades y obligaciones sin pararnos a reflexionar. Es muy importante que nos cuidemos nosotros primero para que podamos cuidar de los demás. Creo que esta educación debería implementarse también en la escuela, para que los niños y las niñas sepan cómo gestionar sus emociones.
(E. N.): ¿Si no nos conocemos, cómo sabemos lo que queremos cambiar de nosotros mismos? En muchas ocasiones vivimos en piloto automático y hacemos cosas creyendo que están bien pero no nos sientan bien. Eso es porque tenemos muchas ideas, rutinas y pensamientos arraigados que no nos dejan progresar.
Myriam Cobos:
“El modelo educativo en España no quiere que pensemos”
¿Hasta qué punto debemos aceptar nuestras limitaciones y cuándo deberíamos desafiarlas?
(A. A.): Aceptar nuestras limitaciones no significa resignarse, sino reconocer con honestidad cuáles son nuestras capacidades actuales, nuestras áreas de mejora y los factores que nos condicionan. Solo desde ese reconocimiento podemos identificar de manera estratégica qué aspectos podemos desafiar y expandir, estableciendo metas realistas pero retadoras que nos permitan crecer sin poner en riesgo nuestro bienestar ni desviarnos de nuestro propósito.
(M. C.): Lo primero que todo el mundo debería hacer es saber que tiene unas limitaciones. Eso no nos debe hacer sentir mal con nosotros mismos, porque es natural. El primer paso es identificarlas y no juzgar por ello, sino que tenemos que trabajar en ellas. Además, es muy importante no encerrarse en nuestras ideas. Muchas veces tenemos algo muy asimilado porque así nos lo han inculcado cuando éramos pequeños y no teníamos aún capacidad de decisión.
(L.M.): Gracias a las limitaciones es donde las personas crecemos, porque son de las que nos convertimos en mejores personas. Considero que es muy importante conocer las emociones que tenemos las personas y no juzgarlas, porque de la tristeza llega el cambio. Entonces, la tristeza no es un estado de ánimo negativo, hay que verlo como una oportunidad de cambio.
(E. N.): A las limitaciones siempre hay que retarlas. Sobre todo pasa con los pensamientos, porque nuestro diálogo interno ha sido tan intenso durante tanto tiempo que al final te crees lo que piensas. Y normalmente siempre son calificativos negativos. La clave para descubrir cuáles son estas limitaciones es ver cuáles nos frenan para ser felices.
¿Piensan que la gente considera que el coaching puede serles útil?
(A. A.): Pienso que la gente está equivocada sobre la función que tiene un coach de desarrollo personal. No hace falta que tengas un problema para que vengas a hablar con nosotros. Lo que buscamos es que mejores, estés en la situación que estés. Que analices si te estás enfocando en lo que quieres o en lo que no quieres. Se trata de cambiar la perspectiva de las cosas y buscar la motivación donde parece que ya no estaba.
(M. C.): En general, considero que sí lo ven como una herramienta útil, pero no se acaban de aventurarse. Pasa lo mismo que con ir al psicólogo. Saben que es bueno, pero no toman la iniciativa por miedo a abrirse. De hecho, en sí mismo es un síntoma de bloqueo mental, porque sabes que el coaching es algo que te puede ayudar pero lo rechazas por miedo a experimentar con tus pensamientos y creencias.
(L.M.): Muchas personas no saben realmente qué es el coaching, por lo que no suelen considerarlo como una herramienta útil. Sin embargo, su verdadera esencia es como un faro en medio del océano. No da todas las respuestas, pero enseña a navegar las olas, a entender las corrientes y a fluir con ellas para avanzar con dirección hasta llegar a la orilla que se busca.
(E. N.): Algunas personas desconocen cómo el coaching puede impactar en su vida de manera concreta. A menudo lo asocian únicamente con asesoramiento profesional o con un enfoque motivacional superficial, sin percibir su potencial para generar cambios profundos en hábitos, emociones y autoconocimiento. Esto genera dudas sobre si realmente vale la pena invertir tiempo y recursos.
Lourdes Martínez:
“Siempre hay algo nuevo que descubrir de nosotros mismos”
¿Cómo podríamos incorporar el desarrollo personal en el entorno académico?
(A. A.): Hemos visto el poder que tiene conocerse a sí mismo y que podemos convertirnos en otra persona cambiando la percepción de nosotros mismos. Lo que pasa es que ese aprendizaje se desarrolla cuando uno lo demanda o lo necesita. Está aquí el centro de la cuestión sobre esperar a que algo esté mal para buscar una solución. En este sentido, veo estrictamente necesario implementar educación emocional y de desarrollo personal en los colegios para que los niños tengan desde pequeños las herramientas para cambiarse a sí mismos antes de perderse en el limbo.
(M. C.): Para que esto se implemente en las escuelas se debería cambiar todo el sistema educativo. Todo empezaría con la filosofía de formación que reciben los propios formadores o profesores. La cultura asiática que he aprendido a través del tai chi defiende que uno de los pilares de la felicidad es estar en el aquí y en el ahora. Allí los niños lo tienen muy claro, porque se enseña en las escuelas. Estar presente implica estar atento a tus emociones y saber cómo gestionarlas. Lo que pasa es que el modelo educativo en España es así porque no quieren que pensemos.
(L.M.): Lo que sucede es que el sistema educativo está obsoleto y se centra en cosas intrascendentes para la vida humana, pasando por alto pilares muy importantes. Lo que no podemos esperar es que haya un cambio por parte del sistema actual, porque tardaría mucho tiempo en implantarse y no sería suficiente. Por eso, considero que todos nosotros como ciudadanos y padres de los niños escolares, tenemos un pequeño porcentaje de responsabilidad para que los niños vayan a la escuela sabiendo educación emocional.
(E. N.): Podríamos incorporar el desarrollo personal en el entorno académico integrándolo de forma transversal en la formación, no como un añadido ocasional, sino como una competencia más. Esto implicaría incluir talleres de autoconocimiento, gestión emocional, comunicación efectiva y toma de decisiones, así como espacios de reflexión guiada dentro del currículo. También sería clave capacitar al profesorado para que pueda acompañar estos procesos y crear dinámicas que fomenten la colaboración, la empatía y la responsabilidad personal.
Elena Naranjo:
“Si no nos conocemos, ¿cómo sabemos lo que queremos cambiar?”
¿Qué riesgos existen cuando el coaching no está aplicado con una base profesional?
(A. A.): El intrusismo. Al fin y al cabo acabamos siendo psicólogos de algún modo y hay mucha gente no cualificada que, con buena fe de ayudar, hacen lo contrario. Al igual que hay restricciones para ser médico o abogado, debería haber para aquellos que nos dedicamos a trabajar con las emociones de las personas. Creo, además, que todas las personas que ejercen como coaches deberían saber gestionar sus emociones y tener un recorrido de desarrollo personal. Somos personas y predicamos con el ejemplo.
(M. C.): Se necesita formación y experimentar un cambio personal a nivel emocional y motivacional. Lo primero que se requiere es conocimiento, autoconocimiento y experiencia. Tenemos que estar sanos interna y externamente para ayudar a otros a que también lo estén. Para eso hace falta mucho más control del personal que ejerce esta labor. No cualquiera está cualificado.
(L.M.): Si no das con un buen profesional, el camino se convertirá en una carrera de obstáculos que tendrás que superar mientras mantienes tus ideas equivocadas. Lo peor del intrusismo o la mala praxis de la profesión es que las personas se frustran y no admiten segundas oportunidades, porque piensan que nada les puede cambiar. Se trata de un puesto muy responsable y del que no cualquiera puede hacerse cargo.
(E. N.): Como coach es imprescindible tener una formación sólida, horas de práctica supervisada y una certificación, porque no basta con tener ganas de practicar. Hay sesiones que pueden remover mucho al cliente y, si no se tiene la preparación adecuada, se corre el riesgo de no saber contener la situación. Además, cuando una persona está también en tratamiento psicológico, es fundamental coordinarse con su profesional para definir los límites del coaching y no invadir ámbitos terapéuticos. En definitiva, se trata de actuar con ética, honestidad y claridad sobre hasta dónde se puede llegar.
¿Qué conclusiones sacan?
(A. A.): A mí el coaching me ha cambiado la vida. Haberme rodeado de gente que estaba en la misma energía que yo me ha servido para darme cuenta de que sí se puede cambiar. Todo parte de la actitud, la mentalidad y el juicio que tenemos de nosotros mismos. He probado con psicólogos y psiquiatras, pero fue en el coaching donde encontré realmente la paz y la confianza en mí mismo.
(M. C.): Saco en claro que cada vez es más importante que se implemente la educación emocional en el entorno académico. Teniendo en cuenta que hoy en día estamos influenciados bajo el juicio ajeno por medio de las redes sociales e Internet, tener la capacidad de autogestionar las emociones en cualquier situación aportará un valor diferencial a nuestra sociedad.
(L.M.): El coaching no debe quedarse como algo estático esperando a que nos lleguen clientes, sino que también tenemos que estar actualizándonos constantemente. Tenemos que ser conscientes de que siempre habrá algo nuevo que descubrir de nosotros mismos, lo que nos tiene que dar motivación para ser un 1% mejor que el día anterior.
(E. N.): El coaching realmente sirve. Desde aquí mando ánimos para que la gente se atreva a conocer la mejor versión de sí mismo. También, que investiguen mucho, que asistan a tertulias y espacios en los que nos reunimos coaches para que vean cómo trabajamos y cuál es nuestra función.
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