La asociación Círvite celebra el encuentro Sonrisas
El pasado 17 de junio, la residencia Círvite celebró en su reshogar de la calle Orfeo en Canillejas, un encuentro organizado por la asociación Sonrisas y la consultura Objetivo 17, en el que las personas con discapacidad residentes vivieron una jornada de convivencia junto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Policía Municipal, Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, Policía Nacional, Benemeretum, Asociación A.C.A.I., organización motorista sin ánimo de lucro, defensores de la infancia y en lucha contra los abusos compartieron una bonita jornada en la que pudieron observar los diferentes vehículos con los que cuentan los diferentes estamentos. A la conclusión, todos los residentes fueron obsequiados con diferentes regalos, que sin duda alegraron a los presentes.
Para el director de Círvite, Jonathan Arroyo ha sido una experiencia muy positiva para todos: “Las personas con discapacidad son vecinas del barrio que los ha visto crecer: cogen el transporte público, algunas trabajan, se forman, compran en los comercios, participan en actividades de ocio, etc. En definitiva: quieren estar en sociedad. Sin embargo, esa libertad conlleva riesgos en cada salida o trayecto. Ocasionalmente, algunas personas se desorientan por la calle, y sufren bastante porque todavía les da vergüenza pedir ayuda. Y no solo es que se pierdan: imaginad la alta prevalencia de abusos en personas con discapacidad. Las personas con discapacidad también pueden cometer delitos, aunque sea por desconocimiento de la normativa”.
Por otro lado, la televisión a veces proyecta una imagen de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como figuras “que multan o detienen a la gente problemática”. En situaciones de vulnerabilidad, pocas veces una persona con discapacidad se ha acercado a un agente ante el “miedo al uniforme” o, directamente, porque sufren un bloqueo que les paraliza.
Sin embargo, el temor se reduce con actividades de este tipo: conocer esa parte más humana elimina los prejuicios en ambas partes, normalizando la interacción. Además, las “visitas perrunas” tienen un potencial increíble. “Hay personas con grandes necesidades de apoyo, con muchísimas dificultades de movilidad, pero que llegan a agacharse para poder acariciar a estos amables colaboradores. En definitiva, conocer la cara más amable de la Ley marca un antes y un después, tal y como se revela en las fotos: ver esas caras de ilusión no tiene precio. El envejecimiento activo se caracteriza por tener oportunidades significativas. Por eso, queremos dar las gracias por generar este tipo de experiencias vitales que nos hacen vivir el momento y salir de la rutina”.
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