Maui: “Cuento historias que se convierten en canciones”
El numeroso público presente disfrutó de la actuación de la cantaora sevillana. Su trabajo “por arte de magia” cautivó a todos los espectadores. Tras su actuación pudimos dialogar con ella.
Cómo surgió su vena artística?
De manera natural, era una niña con mucha curiosidad, pocos juguetes y una imaginación que me salvaba de todo. La mesa de la cocina fue mi primer escenario, mi madre me disfrazaba con cualquier trapo y mi padre sacaba su guitarra para que cantara la niña, mientras la olla terminaba de echar el vapor, un efecto especial divino, por cierto, y algún domingo que otro la cocina se llenaba de vecinos, un público fiel porque a mi madre le salían muy ricos los potajes. Pues en ese entorno, lo complicado era que me hubiese dado por las matemáticas.
¿Cómo se definiría?
Soy una contaora. El epicentro de todo es esa necesidad de contar historias de todos los colores, tamaños, formas, texturas, etc. Historias que encuentro mientras miro la vida con mi caleidoscopio particular. Después se convierten en canciones, no importa el estilo musical, la historia misma te lo pide y yo soy fiel a ella, me meto en los charcos que haga falta. Aunque siendo de Utrera me resulta más natural trabajar con el compás.
¿Se considera una artista polifacética?
Sí, lo mismo te hago el gusano que te toco el violonchelo. Me gusta jugar a la hora de subir a un escenario para contar mis historias, me encanta experimentar y arriesgar, y llevar al espectador a lugares diferentes cada vez, sentir que las canciones están vivas y dejarlas expresarse. Trabajo mucho con el compás, el humor, la improvisación y la teatralidad.
Dentro de sus múltiples registros. ¿Cuál de ellos es su preferido?
El de creadora. No sé definirte la magia que supone ver nacer una canción desde la nada. Tú, tu guitarra, tu pijamita de liguilla gastadita, y el papel en blanco, hay un momento en el que todo encaja y !tachaaaan! nace la historia. Ese efímero instante en el que solo estamos la canción y yo frente a frente por primera vez. Ese, es tan indefinible como sublime.
¿Cómo está el momento actual para los artistas?
Pues hay de todo, depende del cristal con el que se mire. Sin duda la industria está cada vez más artificial, más impersonal, más competitiva, más logarítmica. Sin embargo hay mucha gente haciendo cosas preciosas, artistas muy preparados que pueden cambiar el rumbo de las cosas. Yo creo mucho en el poder de la verdad, y por mucho que la industria se empeñe en vender números y estribillos vacíos envueltos en purpurina, el público es muy inteligente y sabe distinguir el jamón de york de la pata negra.
¿Hay ayuda por parte de las instituciones?
Muy poquita, casi ninguna. La mayoría de los artistas tejen a mano sus carreras, se graban sus discos a base de préstamos, se montan sus giras con mucho esfuerzo, y trabajan sus redes sociales día a día para conseguir tener un público al que mostrar su talento.
¿Cuáles son los próximos proyectos en mente?
Estoy trabajando en la aventura más valiente en la que me he metido jamás, le di una pataíta al miedo hace unos seis meses, y me puse a trabajar junto con un equipo de criaturas maravillosas, en mi primer solo, “Puerto Alegría “, en el que reconstruyo a MAUI para mostraros los adentros de mi historia, todo lo que hay detrás de los focos. El proceso creativo ha sido emocionante, hicimos un retiro a Torrox, gracias a la residencia artística In-Progress del Flamencofest, para sumergirnos de lleno en la creación y no sé explicarte lo importante que ha sido para mi esta experiencia. Aprender a desnudar al personaje me está costando, requiere de mucho trabajo personal, de los adentros, pero creo que el resultado merecerá la pena. Haremos un preestreno ahora en marzo en Madrid. Hasta entonces, voy por la calle con treinta tics nerviosos.
¿Su mejor virtud?
Soy persistente.
¿Su peor defecto?
Demasiado impulsiva.
¿Su mayor logro?
Mis amigos.
¿Un hobby, además de la música?
Ahora me ha dado por nadar, pero no sé si definirlo como hobby o intento de hobby.
Sin duda cocinar es mi segunda pasión, y no solo el potaje me sale rico.