Pedro J. Tabernero nos presenta “Tigres con pies de barro”
Durante la tristemente recordada pandemia mundial, desde marzo hasta finales de mayo de 2020, con tantos días por delante de soledad forzada y justificado confinamiento casero, nuestro vecino Pedro Javier Tabernero retomó la escritura de esta novela “Tigres con pies de barro” que finalmente vio la luz
Una de sus motivaciones principales en la redacción de esta novela fue la obstinación personal en transmitir sus sentimientos, además de su particular discordia ante el sistemático y continuo bombardeo que los medios de comunicación emplean cuando hacen referencia a lo modélico que fue la denominada “transición”, con utópicas insinuaciones a un paradigma universal para todo aquel país que aspire a un cambio democrático procedente de una dictadura, alusiones que llegan a resultar empalagosas. El resultado final de este proceso es una cruda distopía muy diferente a lo que debería ser un estado de derechos civiles y libertades políticas colectivas.
“El modelo vertical de la estructura del aparato franquista, con la muerte del dictador necesitaba una remodelación que, sin variar el modelo de organización, es decir de arriba a abajo, se vio en la necesidad de reformar la apariencia del estado, modificando la tiranía del partido único por una oligarquía partitocrática, negando a la nación el derecho a la separación de poderes, y con ello la libre elección de sus representantes, en beneficio de unos partidos políticos estatales, que solo se representan a sí mismos en lugar de los intereses nacionales”, apunta el autor.
Tabernero añade: “Es una ingenua equivocación, inducida por un empuje de exasperación, escuchar con cierta frecuencia frases como esta; ¡No es esto, no es esto… esto no es democracia! Obviamente, obedece a la entereza personal de un carácter implicado y a la vez tenaz que trata de rebelarse ante los acontecimientos políticos que estamos viviendo. Aunque muy loable, es una causa estéril si no encuentra el verdadero norte para llegar a su consideración final, pues lo correcto sería partir de la idea de que en España no es que no haya democracia; no, en España lo que sufrimos es NO DEMOCRACIA. Sustancialmente, es un concepto distinto, pues carecer no es sinónimo de incorrección. Me preocupa que las generaciones posteriores a ese periodo histórico no hayan tenido la misma oportunidad para contrastar voces discordantes, casi siempre ahogadas en todos los canales de comunicación, ya sea escrita, radiada o televisada.”
El argumento central del libro es una fabulación utópica de lo que pudo significar el triunfo de la ruptura democrática en nuestro país tras la muerte de Franco. Quizá cualquier parecido entre este relato y la posibilidad de que hubiera sucedido realmente pueda ser una especulación, o tal vez no. Lo verdaderamente cierto es que el desarrollo de la democracia en España hubiera seguido otros derroteros, y no tan catastróficos como auguraban ciertos partidos interesados en instaurar el miedo como efecto desmovilizador y aceptar como mal menor el lavado de cara del régimen anterior. El triunfo de la reforma política es conocido por el lector, y el posterior desarrollo de los acontecimientos fue completamente distinto a lo que muchos rupturistas hubiéramos deseado. En cuanto a comentarios de prensa y opiniones políticas, excluyendo las propias del autor, son verídicamente ciertas y contrastadas en diferentes medios escritos y audiovisuales, por dicha razón, al final del libro existe un resumido índice sobre las referencias de sus fuentes. En el derecho del lector está la interpretación literal de las afirmaciones y estar de acuerdo o no con ellas, pero lo innegablemente cierto es el contexto de donde y cuando se vertieron. La mayor parte de la cronología, en cuanto a los acontecimientos políticos se refiere, es completamente detallada y veraz, con la excepción, claro está, de lo que es ficción puramente novelada, especialmente los acontecimientos que preceden al 20 de noviembre de 1977, que, por no existir cronología posible, es puramente ficción, y a pesar de ello, la epopeya de la utopía no es excusa que desmerezca la aventura por intentar transformar la irresoluta realidad vivida.
Con este relato, Pedro Javier Tabernero ha querido aportar su modesta contribución para poder llegar a las conciencias de las nuevas generaciones e instarlas a mantener un pensamiento empírico-crítico sobre la realidad social de nuestro país donde la reforma política de 1977 nos ha llevado a estos límites del poder excesivo de los partidos estatales, que no nacionales como sería lo recomendable. No hace alusión a la tan manida recomendación de tener los ojos abiertos ante tal descrédito de las libertades, pero sí hacerlo en lo referente a abrir nuestro pensamiento ante ello, porque si usamos solo la vista, no veremos nada más que lo que otros quieran que veamos a través de su ideología, pues las personas verdaderamente libres tienen ideas y generalmente disponen del valor y decisión que les hará luchar por ellas; los sumisos solo ideologías.
Para ahondar brevemente en la idea de la novela, se ha fundamentado en la ficción política sobre un hipotético triunfo de las teorías rupturistas, defendidas por la Junta Democrática en 1975, frente a las tesis reformistas. El argumento central de esta teoría se concentra en cuatro momentos importantes que ocurrieron durante esos años, que se califica de hitos para el triunfo de la democracia Constituyente, la libertad política colectiva y finalmente el advenimiento de la III República española. En un principio, la idea fue hacer un ensayo de la teoría política sobre lo que se cree necesario para vivir en una verdadera democracia real, pero a medida que se avanza, nos damos cuenta de que somos un ciudadano más de a pie, y de estas cuestiones han de encargarse pensadores e intelectuales realmente válidos y consecuentes. No pretendemos, y mucho menos, estar en la posesión de la habilidad y el método para capitanear un movimiento capaz de dirigir el cambio necesario para modificar el estado de la realidad actual en la situación política española.
Para considerar más amable su lectura, el autor incorporó la figura de un personaje central, un ilustrado intelectual, don Eugenio, preclaro pensador político con gran sabiduría en arte e historia, especialmente en la Revolución francesa, y Pablo, el personaje que en primera persona, tras un encuentro casual con este intelectual, va narrando su devenir personal desde su adolescencia, primera juventud, amoríos y lucha clandestina en un partido político contra el franquismo, defensor de las ideas de su mentor hasta el ascenso de este a la jefatura de la República.
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