La desaparición del pequeño comercio en nuestro Distrito
Los datos y la historia nos arrojan las conclusiones y los culpables de por qué hoy el pequeño comercio de cercanía y de barrio ha llegado a la terrible situación actual
La liberalización de horarios comerciales supuso y supone el mayor golpe al pequeño comercio de cercanía, recordemos, todo comenzó a finales de 2004 cuando, por petición de las Comunidades Autónomas, especialmente Madrid, el Gobierno Central legisló el traspaso de competencias en comercio a las Comunidades Autónomas, y un punto de gran interés neoliberal sobre este traspaso fue la regulación de horarios comerciales.
Solo pasaron dos años, y en 2007, Esperanza Aguirre ultimó la liberalización del comercio en Madrid en una negociación entre la Comunidad Autónoma de Madrid y la gran patronal del comercio de la región, dando el primer paso con una nueva regulación para liberalizar el comercio. La reforma consistió en ampliar el horario comercial para permitir a los comerciantes, grandes y pequeños, abrir sus establecimientos entre las ocho de la mañana y las doce de la noche, así como extender el número de festivos de venta autorizada a 22, cuando el resto de las Comunidades lo limitaron a 8, y el horario de apertura semanal a 72 horas.
Cuatro años más tarde, en 2011, llegó el golpe definitivo. Aguirre liberalizó los horarios comerciales para poder abrir las 24 horas, los 7 días de la semana.
De esta forma “cada comerciante determinará con plena ‘libertad’ y sin limitación legal alguna, en todo el territorio de la Comunidad de Madrid, los festivos de apertura en los que desarrollará su actividad comercial”, tal y como recogió la llamada “ley de dinamización del comercio madrileño”.
En aquel momento, todas las voces fuera del neoliberalismo concluían que esta “liberalización total de los horarios comerciales en Madrid perjudicaría gravemente a los pequeños comercios, que son el alma de los barrios”.
Estas políticas de liberalización horaria han ido hasta hoy en día acompañadas de un apoyo institucional, tanto fiscal como legislativo, y de facilidades burocráticas para llegar a la situación actual en la que crecen imparables los inversionistas internacionales y los fondos buitre para favorecer la construcción de grandes centros comerciales, grandes superficies comerciales de multinacionales de la distribución, y multitud de centros de venta de grandes comercializadoras, muchas de ellas ligadas a las multinacionales anteriores y otros gigantes nacionales.
Y, por supuesto, el pequeño comercio nunca ha sido favorecido por las instituciones competentes con ningún tipo de ayudas reales y efectivas para su desarrollo y subsistencia, teniendo que realizar esfuerzos titánicos e imposibles para desarrollar su actividad.
San Blas-Canillejas es el Distrito que actualmente tiene más centros comerciales, grandes superficies, y tiendas de grandes distribuidoras.
Actualmente, a esta situación se le puede sumar otra nueva gran zona comercial en el entorno del estadio Cívitas Metropolitano, si el alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, lo aprueba.
En nuestro Distrito, San Blas-Canillejas, podemos comprobar cuál es el resultado en el pequeño comercio de barrio de todo lo anterior, simplemente dando un paseo por nuestros barrios y comprobando que uno de cada tres comercios está cerrado, y uno de cada tres comercios vacíos se van convirtiendo en vivienda.
En 2007, la Asociación ACU_ACEH de Comerciantes de San Blas-Canillejas hizo la primera guía de comercio de Madrid, comercio a comercio todo el Distrito. Había más de 2.700 comercios, hoy en día en su última revisión no quedan ni 1.200. Es decir, más del 50% del comercio del Distrito ha muerto, y el que queda subsiste a duras penas y agoniza lentamente en un muy alto porcentaje.
Posiblemente, todo comercio que desaparezca lo hará para siempre, pues la mayoría de sus locales se van a ir convirtiendo en viviendas haciendo imposible la vuelta atrás.
Agustín García Zahonero