Las Tertulias en La Gradona: El empleo en San Blas-Canillejas
Página del distrito abordó en esta ocasión el empleo como tema del debate. Para analizar la situación actual del trabajo en nuestro Distrito, contamos con la amable participación de: Esther Jiménez, jefa de sección y responsable de la Agencia de Empleo de Barajas; Elvira Ojeda, orientadora laboral en San Blas-Canillejas; María Galán, técnica de empleo de la Asociación Horuelo; y Antonio Llorente, director de la Asociación La Rueca.
En qué situación se encuentra el empleo en el distrito?
Esther Jiménez: San Blas-Canillejas es uno de los distritos de Madrid que más desempleo tiene. Por suerte en este distrito están los programas SURES que apoyan a los barrios que presentan una situación mayor de desempleo.
Elvira Ojeda: Dentro de San Blas hay una población desempleada que tiene muy baja cualificación. Suelen ser personas mayores de 45 años cuya experiencia laboral es obsoleta y que les cuesta mucho reiniciar la formación. Es difícil motivarlos, porque se sienten muy inseguros y vulnerables para iniciar la formación competente. Incluso para nuevas profesiones se exige cierta competencia y eso les frustra. Es una población que está al borde de la exclusión social por causas económicas.
María Galán: Nos encontramos con muchas mujeres desempleadas y con dificultades de conciliación. Hay una población inmigrante que está llegando al Distrito con diferentes casuísticas de documentación, pero que se les dificulta el acceso al empleo. Los parados de larga duración son muy frecuentes en este Distrito.
Antonio Llorente: Hay un colectivo que siempre dejamos atrás, los jóvenes. Quizás Canillejas no tanto pero San Blas tiene mucha población joven y es cierto que ya no hay ni trabajo ni esperanza. El futuro de conseguir una independencia ahora es inviable. Este es un barrio de trabajadores y trabajadoras pero, desgraciadamente, algunos son pobres.
¿Se tienen datos o porcentajes de población desempleada en el distrito?
Esther: Según los datos de mayo hay casi 8.000 personas desempleadas. Estas personas están registradas como población desempleada en las oficinas de empleo. Por esta desmotivación muchas de ellas dejan de estar apuntadas y no contabilizan. Seguramente haya más personas en esta situación de lo que se tiene constancia.
María: Hay mucha gente que desconoce el procedimiento para conseguir un puesto de trabajo, tanto inmigrantes como personas que han dejado de renovar su demanda del paro. Es una cuestión que me encuentro diariamente. Habría que dar más visibilidad a las ayudas.
Antonio: El problema no solo está en los desempleados, también en aquellos que están trabajando y lo van a dejar. Con la reforma laboral los contratos indefinidos, no quiere decir que son para toda la vida, sino hasta que dure el trabajo. Los trabajos son muy precarios y no da tiempo a cualificar, porque sigues trabajando. Las personas no están preparadas para desempeñar otros trabajos que exigen competencias diferentes a las que tienen. Lo mismo sucede con la garantía juvenil y la prohibición de apuntarse al paro si se está estudiando. Las estadísticas no valen y sí el día a día.
Elvira: Me gustaría hacer referencia a la feminización del paro. Según los datos de la Comunidad de Madrid en mayo hubo 4.700 mujeres inscritas como demandantes de empleo. La cuestión está en que la mayoría de estas mujeres tienen responsabilidades familiares. Principalmente entre los 45-60 años, ya que tienen que cuidar de sus padres mayores. Siempre son las mujeres quienes abandonan primero el trabajo para dedicarse a la familia.
María Galán:
“La gran dificultad de este distrito es la brecha digital. Actualmente en todos los empleos se busca el formato digital”.
¿Hasta qué punto podría afectar al empleo la conciliación familiar?
María: Yo encuentro muchas dificultades para conciliar horarios laborales con horarios escolares. Al igual que Elvira, yo también considero que las mujeres lo tienen más en cuenta a la hora de buscar empleo. La conciliación familiar sigue siendo una carga de la mujer y conciliar en el mercado laboral actual con horarios asequibles se hace muy difícil.
Antonio: Eso está grabado así de origen y debe cambiarse. Son las mujeres quienes abandonan antes los estudios por cuestiones familiares, por lo que el nivel académico baja. De este modo, el acceso a trabajos cualificados se pierde y la única opción son trabajos precarios.
Esther: Además, tienen que ver mucho los turnos rotativos. Es muy difícil organizarse cuando una semana estás de mañana y otra de tarde. Si los turnos son fijos te puedes organizar, cuando son rotativos genera imposibilidad de acceso al empleo. Las mujeres están motivadas y quieren pero realmente es inviable.
Elvira: Lo que pasa es que las mujeres tienen que estar disponibles durante todos los turnos. La creación de puestos con horarios aplicables para ciertos colectivos no se produce en este Distrito. En otros lugares sí que se crean estos empleos. Las mujeres piensan más en la economía de sus familias, aun sabiendo que si dejan de cotizar ahora su vida de mayor será más pobre. La familia tendría que darse cuenta de que la mujer está ahorrando dinero en el gasto familiar.
Elvira Ojeda:
“Siempre son las mujeres quienes abandonan primero el trabajo para dedicarse a la familia”.
¿Por qué los jóvenes y los mayores de 45 años tienen más dificultades para encontrar trabajo?
Esther: El foco hay que ponerlo en los dos colectivos. Una parte de los jóvenes es porque abandonan los estudios, lo que conlleva a una menor cualificación. Por otra parte, el 51% de la población desempleada de San Blas-Canillejas son mayores de 50 años. Son los grandes olvidados. En Europa se está haciendo un gran esfuerzo por traer programas y recursos para jóvenes menores de 30 años. Ahora mismo hay posibilidad para los jóvenes de acceder a muchos recursos pero no tanto para la población de +50 años. Tendría que haber más esfuerzos para este colectivo, porque es un talento senior.
María: A los jóvenes se les une mucho su propia desmotivación con el mercado, las oportunidades, los salarios, etc. Sin embargo, estos programas para menores de 30 están potenciando mucho este asunto. Sobre todo permite recualificar a jóvenes estudiantes que en algún momento abandonaron sus estudios. En el otro campo, me parece muy triste la situación de los adultos, porque son los que realmente tienen las experiencia que se exige. La gran dificultad de este distrito es la brecha digital. Actualmente en todos los empleos se busca el formato digital. Parece que todo el mundo tiene que tener conocimientos de tecnología. Eso aleja mucho a las personas de más de 50 años de la búsqueda de empleo.
Antonio: Aunque Europa ha invertido mucho en empleo joven somos el país con más paro dentro de la Unión Europea. No es un tema económico sino más estructural. No hay un seguimiento hacia las empresas que son las que contratan a esta población joven y adulta. Las empresas buscan personas con potencial de aprendizaje y no a aquellas que no pueden aprender más. El trabajo manual, de poca cualificación, va a dejar de existir. Los desempleados tienen el derecho de trabajar.
Elvira: Las personas jóvenes más afectadas son las que abandonan los estudios sin tener la ESO. Me dicen que son jóvenes provenientes del fracaso escolar, pero yo digo que el fracaso es del sistema escolar con ellos. También hay ciertos colectivos con mayores dificultades para que sus hijos aprueben. Al menos un aprobado a estos jóvenes les salva el futuro. En los mayores de 45 años les dicen que no cuentan con ellos y tiran la toalla. Para ello hay una serie de empleos ‘protegidos’ que benefician a la comunidad como los talleres de formación y empleo. Éstos ayudan a hombres y mujeres mayores a cotizar en la Seguridad Social. Debería haber más empleos así, porque las personas salen lanzadas y motivadas.
Esther Jiménez:
“Si los turnos son fijos te puedes organizar, cuando son rotativos genera imposibilidad de acceso al empleo”.
¿En qué estado se encuentra la inmigración frente a los españoles dentro del mercado laboral?
Esther: El trabajo no tiene nacionalidad ni género. Hay gente que por su vulnerabilidad tiene que aceptar estos trabajos precarios. Aquí es donde tenemos que poner el foco. Entrar en discursos relacionados con los orígenes de las personas me parece sumamente peligroso. Dejar tu vida atrás y tener la capacidad de adaptación a un nuevo entorno tiene mucho valor de cara a la búsqueda de empleo.
Antonio: El derecho a emigrar es un derecho constitucional. Tenemos la cultura que más culturas conforma de todo el mundo. El miedo al ’diferente’ es una cuestión de tiempo. Lo que nos pasa a los españoles es que cuando vemos unos puntitos negros sobre una pared blanca parece que es mucho, pero realmente no. De hecho, todos los inmigrantes nacidos aquí ya son españoles. Cuantos más vengan mejor, porque enriquecen el trabajo y harán que suba la cualificación.
María: También es muy importante escuchar lo que opinan las empresas. Ahora hay muchas empresas que manifiestan que no encuentran personal. Si no encuentran a españoles, los inmigrantes se vuelven necesarios. Ahora mismo vienen personas muy cualificadas. Pese a pasar un tiempo con trabajos prematuros, posteriormente crean negocios muy interesantes con ideas innovadoras.
Elvira: Cuando se está en una situación de máxima urgencia económica son los inmigrantes quienes hacen cualquier trabajo. Son pocos los españoles que se ofrecen a cuidar todos los días a una persona mayor. Aquí en San Blas hay pensionistas que cobran 700-800 euros, imaginaros el salario tan bajo de las personas que los cuidan. Además, en muchos casos explotan a estas personas, pero no denuncian por miedo, ya que algunas no están regularizadas. Las están estafando continuamente.
Antonio Llorente:
“Cuantos más inmigrantes vengan mejor porque enriquecen el trabajo y harán que suba la cualificación”.
¿Cómo se puede revertir la precariedad del trabajo?
María: Desde el proyecto ‘Asociación Horuelo’ hemos visto que lo que más se busca es que los empleos tengan diferentes temáticas. Lo que más valoran las personas con las que trabajo es que se sientan acompañadas. Que haya un seguimiento, que les ayuden a preparar una entrevista, a identificar sus competencias laborales. Con ello se establece un vínculo de confianza y eso ayuda a la búsqueda de empleo. Cada vez se hace más importante conocer los recursos del barrio.
Esther: Estamos trabajando para las personas del barrio y muchas veces no saben que estamos ahí. La coordinación entre las diferentes entidades es importante. Tener un orientador fijo cada vez que uno se encuentra en una situación de desempleo mejoraría las cosas. Desde el vínculo que dice María se les puede convencer de que tienen habilidades que antes desconocían. Nosotros hemos puesto en marcha un recurso frente a la brecha digital llamado ‘campus digital’. Va a ofrecer un montón de actividades para romper esta brecha y adquirir nuevos conocimientos desde la diversión.
Antonio: Nosotros tenemos una escuela de segunda oportunidad tecnológica en la calle Valderrobres desde los 16 a 29 años. Tenemos el 67% de éxito. Si esto lo tuviera un instituto o cualquier administración pública, ese porcentaje conseguiría empleo y lo mantendrían durante más de un año. Nuestro trabajo se basa en varios niveles. Uno de ellos es la confianza con la persona. Los jóvenes sí quieren trabajar. Aquí en San Blas existe el “Silicon Alley”. Es un centro donde están todas las empresas tecnológicas. Tenemos más de 300 empresas que generan más de 500 inserciones laborales al año. No se trata de dar trabajo, sino capacitarles de ser autónomos para que decidan dónde quieren trabajar.
Elvira: Revertir la situación es muy complicado si las empresas no se comprometen con esas áreas que tienen de responsabilidad social. Por suerte tenemos WhatsApp para resolver cualquier duda momentánea que tiene una rápida solución. Tenemos la idea equivocada de que una persona desempleada que no encuentra trabajo es porque algo hace mal. Hay connotaciones muy negativas hacia estas personas.
¿Qué necesitan las empresas para crear trabajo?
Antonio: No hay que modificar nada. Las empresas tienen suficiente como para atraer a las personas. La cuestión está en que antiguas industrias de manufactura van a dejar de existir. En el campo de la tecnología ya no hacen falta estudios de ingeniería ni de programación, ya se ha quedado obsoleto. Ahora están las plataformas ‘Low-code/no-code’, es decir, trabajos sin codificación. Muchos de los jóvenes que trabajan en la tecnología no tienen ni la ESO, pero tienen una formación. Antes te quitaba de la pobreza y la exclusión el trabajo, ahora es el nivel de estudios.
Elvira: Sería interesante que las empresas tuvieran alguna bonificación de la Seguridad Social por incorporar personas de distintas situaciones. En este cupo también entran las personas que han sido víctimas de violencia de género. Que haya empresas que se encarguen de ayudar a estos colectivos vulnerables es muy positivo. Quisiera añadir que en la educación secundaria obligatoria se debería de potenciar la capacidad emprendedora. Si tuviéramos más emprendedoras reales los resultados en la sociedad serían aún mejores.
María: Me parece que sería interesante que las empresas estén conectadas con la administración. Creo que hay una desconexión total y muchas veces no saben lo que las empresas realmente quieren. Una manera muy buena de aportar conocimiento serían convenios de intercambios para ver lo que el mercado quiere. Es muy importante el vínculo de la cualificación con la empresa.
Esther: Estamos en un momento de gran oportunidad para el Distrito. Tenemos que perder el miedo a la digitalización. Ha venido para quedarse y está en todo nuestro entorno. Hay que aprovechar las posibilidades de cualificación, sobre todo en las nuevas tecnologías. Más que formación yo diría entrenamiento. Las nuevas herramientas se aprenden usándolas. La gestión emocional es una asignatura pendiente a nivel educativo.