El C.C. Antonio Machado albergó el V Festival Raíz Flamenca
Cante, guitarra y baile se dieron cita en la V edición del Festival Raíz Flamenca, que contó con las actuaciones de La Tana, José Valencia y Vanesa Coloma
Tres veladas de auténtico sabor flamenco conformaron este festival, que reunió a un gran número de entusiastas seguidores que llenaron todas las localidades disponibles.
La Tana: profundidad y tradición

La primera actuación corrió a cargo de Victoria Santiago Borja, La Tana, que presentó su espectáculo Musa de artistas. Una artista que expresa su faceta de cantaora “de alante”, motivo por el cual su actuación adquirió un especial interés. Es una intérprete de excepción, heredera de la mejor tradición gitana y trianera, como también lo representa su madre, Herminia Borja, otra cantaora digna de mención, curtida en el ámbito de ese indígena proletariado flamenco que, a base de sudor y trabajo, ha recorrido los tablaos de medio mundo.
La Tana apoya su cante en tres pilares fundamentales: una extraordinaria habilidad comunicativa, la recuperación de formas expresivas olvidadas y un dominio profundo de los estilos. Todo ello se manifiesta especialmente en los aires de soleá que ofrece a sus seguidores. Lo mismo ocurre con la bulería, donde la queja aflora sin fisuras en perfecta sintonía con el ritmo fiestero. Por seguiriyas puede llegar a ser tremenda. En su actuación estuvo acompañada a las palmas por Mariano Santiago y Edu Gómez, y por El Perla al toque, que en todo momento lograron el tono adecuado de la cuerda en cada quiebro de voz, tan imprevisible como certero.
José Valencia: tradición y vanguardia

La voz del veterano José Valencia fue la protagonista de la segunda velada del festival. Valencia ofreció Raíces Jondas, una colección de diferentes temas que no dejó indiferente a quienes acudieron a presenciar su puesta en escena. Forjado desde abajo, en el cante para el baile, este cantaor acumula más de treinta años de trayectoria.
Ha llevado su arte por numerosos lugares de la geografía flamenca internacional junto a bailaores de la talla de Farruquito, Antonio Canales o El Pipa, además de su labor en solitario, que le ha convertido en uno de los referentes más destacados de la actualidad.
En su propuesta confluyen tradición y vanguardia. Su último trabajo, realizado para la Bienal de Sevilla del pasado año en torno a los estilos de Lebrija, ha causado un notable impacto entre la afición y la crítica flamenca. El toque de Eugenio Iglesias y las palmas y compás de Rafa Peral y Miguel Vallés completaron el elenco.
Vanesa Coloma: madrileñismo y renovación

El baile de Vanesa Coloma puso el colofón al festival. Esta bailaora, coreógrafa y directora reivindica su madrileñismo con su nuevo trabajo Castiza 2.0. Formada en el Real Conservatorio de Danza de Madrid, ha actuado desde muy joven en los mejores tablaos de nuestro país y ha colaborado con artistas como Alfonso Losa, Rocío Molina, Belén Maya, Jesús Carmona o Manuel Liñán, entre otros.
En Castiza 2.0, a través del flamenco, narra sus vivencias en nuestra ciudad y rescata las aportaciones artísticas que cambiaron el rumbo del flamenco en momentos culturales decisivos.
Todo ello enmarcado en el género de la revista, recuperando esa picardía teatral y aflamencando estilos clave como el chotis, la copla o el pasodoble, generando así una conexión entre el público más veterano y el más joven.
En sus actuaciones está acompañada al toque por Antonio González, con Carlos Velázquez en el baile y los cantaores Gabriel de la Tomasa, Juan Debel y Loreto de Diego.

Vanesa Coloma fue finalista en 2012 del Certamen de Coreografía de Madrid con su espectáculo Flamenklórica. Desde entonces ha participado en numerosos festivales: en 2016, en Flamenco Madrid, Tío de la Juliana, Corral del Carbón y Otoños Flamencos; y en 2018, en el Internacional de Alburquerque y en el de Jerez.
Un festival que mira al futuro
En resumen, un festival que ha reunido cante, guitarra y baile a través de tres espectáculos que sirven de puente entre lo mejor de lo nuevo y lo más entrañable de lo antiguo. Una propuesta que funde el gusto por lo clásico con las tendencias renovadoras de un flamenco en constante evolución.


