“Nuestra esencia es que ningún niño se quede sin jugar al fútbol”

El Canillejas es un club de fútbol base del distrito que tiene como meta la integración social de los jóvenes a través de este deporte. Creado en 2015, comprende ocho equipos, repartidos en distintas categorías. “Hacemos esta labor por el barrio, no por nosotros”, explica su presidente, José Luis Muñoz.

Cómo surge el Canillejas Club de Fútbol?

Es un proyecto que nació entre varios amigos aquí, en el barrio, con la pretensión de poder tener a los niños recogidos, que no estuvieran por ahí solos por el parque o por las calles. Si entrenan dos horas a la semana y juegan el sábado o el domingo ya están tres horas haciendo deporte. También con la idea de que todo el mundo tenga derecho a jugar al fútbol. Antes he estado en otros clubes del distrito, como Polígono H de San Blas, Cátedra… Decidí, con algunos dirigentes que me acompañan en la actualidad, dar el salto y crear el club.

Canillejas club de fútbol por la integración.
Canillejas club de fútbol por la integración.

Al principio jugaba en un campo de tierra.

Sí, hemos peleado en tierra y achicado agua. Y hemos conseguido, gracias a nuestra lucha, recogiendo firmas y demás, que se instalara la hierba artificial. Nadie quería jugar aquí. “Aun así, -precisa José Manuel Arriero, vicepresidente- solo se ha ejecutado la primera fase de la obra. La segunda conllevaba alargar el terreno de juego que, al tener 88 metros de largo, solo permite disputar partidos a equipos de categorías inferiores gracias a una dispensa de la Real Federación de Fútbol de Madrid. De hecho, nuestros equipos aficionado y juvenil juegan sus partidos en La Elipa, aunque entrenan aquí. El largo mínimo reglamentado es de 90 metros”.

¿Cuántos equipos tiene el club?

Ocho: un aficionado, un juvenil, un cadete, tres infantiles, un alevín y un benjamín. Ahora mismo contamos con 163 chicos. Mantener todo esto cuesta mucho dinero: simplemente el alquiler anual del campo, que es municipal, sale por unos 9.000 euros. A eso hay que añadir vestimenta, arbitrajes, fichas… “Aportamos dos valores añadidos –apostilla Álvaro del Pino, director deportivo-. Por una parte hacer resurgir el fútbol en el barrio, que había bajado con el decaimiento del Cátedra, y por otro recoger a todos esos chavales cuyas familias no se pueden permitir el lujo de pagar 600 euros por jugar al fútbol. Ofrecemos los mismo servicios que da otra escuela al mínimo precio posible”.

 

canillejas club de futbol por la integracion

Para cuadrar el presupuesto hay que hacer milagros, claro. Los entrenadores, el vicepresidente es uno de ellos, no cobran. Hacemos una porra. Y hasta en algunas ocasiones tenemos que poner dinero de nuestro bolsillo. Contamos con colaboradores que aportan una pequeña cantidad al mes a cambio de salir en la cartelería. Es más, si en alguna ocasión un chico no puede pagar la mensualidad, se la fraccionamos. Nuestra esencia es que ningún niño se quede sin jugar al fútbol. Si falláramos en eso, nos retiraríamos. Aquí no se queda nadie sin jugar. Pero estamos haciendo esta labor por el barrio, no por nosotros.

Háblenos del problema que tienen con la instalación.

Anteriormente, gracias a una concesión que nos hizo el anterior equipo de gobierno de la Junta de Distrito de forma verbal, usábamos el campo a cambio de encargarnos del mantenimiento. Porque teníamos un proyecto para el barrio. Si se rompía un trozo de valla, pagábamos la reparación, si surgía cualquier otro problema, lo arreglábamos… Hay que tener en cuenta que era un campo de tierra y que nadie lo quería. El caso es que nos llamaron el pasado mes de septiembre de la Junta y nos dijeron que a partir de ese momento la gestión la iba a realizar el Simancas. Cuando nosotros nos habíamos comido todo el mantenimiento y habíamos dejado la llave a todos los equipos del distrito. Limpiábamos y no cobrábamos nada.

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¿Y por qué se la ha dado al Simancas y no a otro club?

Eso es lo que queremos saber nosotros. Porque era la escuela del distrito. Pero ese campo es de aquí, y solo han luchado por él, las cosas como son, el Cátedra y el Canillejas. Estamos pagando por el uso de unas instalaciones, y somos conscientes de que lo tenemos que hacer, pero cuando salgan a concurso. Y cuando haya unas instalaciones dignas. No hay oficinas. Son unas instalaciones básicas que se están cobrando como municipales. “Además, -añade Del Pino- el Simancas ya disfruta de otras instalaciones, que es donde tienen sus equipos. Aquí llevan la gestión y nosotros les pagamos. Y no nos negamos a hacerlo. No nos negamos a pagar, pero queremos algo digno”.

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