“Somos un país rico con mucha pobreza”
La ayuda a los parados y la lucha porque sean conscientes y conocedores de sus derechos son dos de los objetivos principales de Plataforma de Trabajadores y Trabajadoras en Paro. Alba Rondón es su directora.
Qué es la `plataforma Trabajadores y Trabajadoras en Paro?
Es una plataforma que lleva nueve años funcionando. Salió del 15 M de San Blas-Canillejas. A raíz de ello un pequeño grupo decidió que teníamos que hacer algo por los trabajadores del distrito. Organizamos distintas actividades, como la defensa solidaria, autogestionada por las familias, porque consideramos que había una problemática con una serie de familias que lo estaban pasando muy mal. Y consideramos que teníamos que afrontar también temas a niel político, porque estamos hablando de precariedad en el barrio, servicios sociales, empleo, la unión con otras organizaciones, como la coordinadora de Desempleados y Desempleadas de Madrid, o como puede ser Marea Básica, en la que abogamos por una renta básica universal para todos. También estamos con la Plataforma de Pensionistas y con Renta Mínima de Inserción, una plataforma que básicamente toca la precariedad en todos sus sentidos. Pero también estamos recogiendo juguetes. Durante la pandemia creamos una red de apoyo. Dábamos cuatrocientos menús diarios, de lunes a domingo. Y todos los días estábamos enfrente de los servicios sociales denunciando que las familias a las que estábamos ayudando no estaban atendidas.
¿Qué función tiene en concreto en el asunto del desempleo?
Aunque intentamos buscar trabajo al que está desocupado, principalmente intentamos entrar en contacto con la clase trabajadora, tanto activa como no activa, para hacerla ver que tanto unos como otros somos la misma cosa. Hoy estás bien, o en precario, y mañana puedes ser despedido. Somos una plataforma de lucha contra el desempleo. Si con la llegada de la robótica no va a haber empleo, hay que dar una solución a la clase trabajadora. También luchamos por una renta básica universal. Estos planteamientos los estamos sacando a la calle. Es decir, que estamos hablando de cuatro líneas: la lucha por el concepto, es decir, conseguir que el trabajador tenga un salario mínimo; la ayuda directa al trabajador, intentándole recolocar o evitando que le despidan; la ayuda social; y la lucha por la conciencia de los derechos. Hay muchas familias que no saben que pueden ir a una junta social o a unos servicios sociales para reclamar sus derechos. Y si no lo hacen entran en una situación de precariedad, sin más. Cuando se acercan a nosotros no pedimos ningún tipo de papales. Entendemos que para cubrir lo más básico no debe ser necesario.
¿Cómo actúan de forma individual con las personas que se acercan a la plataforma?
Hablamos con la persona y con la familia para saber cómo esta. Y le ofrecemos lo que podemos: comida, ropa, hacer algún tipo de gestión. Estamos llegando a personas que llevan años viviendo en el distrito y que por algún motivo no se pueden empadronar. Y estamos llegando a donde no lo están haciendo los servicios sociales. Hay que tener en cuenta que en el barrio hay viviendas en las que están viviendo dos y tres familias.
¿Cómo se financian?
Gracias a las donaciones. Trabajamos sin ánimo de lucro. Recibimos ropa, comida, electrodomésticos… No tenemos ningún tipo de subvención. “Ni la tenemos `-apostilla Aurelio Villanueva, coordinador- ni queremos que las instituciones nos las den. Parece como que si te la dan luego puedas estar un poco obligado. Y pueden ser muy peligrosas. Si te acostumbras a una subvención y luego te cortan el grifo, ¿qué haces?”.
¿Se trata de una entidad única en el distrito?
Sí. Hay bancos de alimentos, pero eso se rige de otra forma. Cuando nosotros hacemos paquetes para las familias nos servimos de los alimentos que nos están donando. Los realizamos nosotros, más grandes, más pequeños, más variados, menos…, sin depender de otro tipo de grupos.
¿A cuánta gente atienden aproximadamente a lo largo del año en el distrito?
Es una cifra muy variable. Lo mismo hemos tenido entre 70 y 80 familias, si hablamos de años atrás, que hemos dispensado 400 menús diarios. Estamos hablando de casi 200 familias durante el periodo comprendido entre marzo y agosto. Depende de la situación social o económica que tengamos en el país.
¿El tercer mundo también existe en Madrid y en el distrito?
Sí, claro. Somos un país rico con muchos recursos y con mucha pobreza, mucha precariedad y mucha necesidad. La pandemia ha venido a redoblarlo. El que cae es muy difícil que salga del hoyo. No hay salida.