Quinta de Torre Arias, un valor ecológico que data del siglo XVII

“Su ampliación de uso agropecuario a finales del siglo XVIII ha favorecido que aún hoy albergue el crecimiento de comunidades vegetales nitrófilas”.

Se han identificado una abundante heterogeneidad de aves, como petirrojos, abejarucos, collalbas, estorninos, cigüeñas blancas, colirrojos, pardillos, jilgueros…

La actual Quinta de Torre Arias remonta su valor agronómico, del que se tiene constancia, a la escritura notarial de mayo de 1741. En la tasación que hacen los peritos de su zona arbórea, valorada en cerca de 55.000 reales, a Francisca Javiera Bibiana Pérez de Guzmán el Bueno, haciéndola su nueva propietaria objeto de inversiones y mejoras en su sistema de riego –que harían ascender la tasación hasta los 300.000 reales–, permitieron documentar, según consta en el informe sobre la finca que data de marzo de 1755, que esta albergaba: “(…) 2.500 cepas de moscatel, 700 perales, más de 503 álamos negros y 138 blancos, 97 ciruelos, 95 almendros, 63 manzanos, 63 membrillos, 59 moreras de seda, 57 guindos, 56 olivos, 47 castaños de Indias,39 avellanos, 18 albaricoques, 17 higueras, 2 olmos vestidos de hiedra(…)”, además de otras significantes, como una amplia variedad de rosales.

Quinta de Torre Arias

Este terreno de 17 hectáreas, sedimentario del mioceno, dispone de tierras arcosas, en algunos puntos arcillosas y en otros arenosas, de composición ácida en su mayor parte. Su ampliación de uso agropecuario a finales del siglo XVIII ha favorecido que aún hoy albergue el crecimiento de comunidades vegetales nitrófilas.

Como se puede comprobar en el minucioso Informe Botánico, actualmente cuenta con más de 350 especies vegetales, 51 especies de árboles, algunos de excepcional longevidad, como la encina (Quercus ilex) centenaria–de más de 300 años–. Los pliegos de este exhaustivo estudio de flora superan los 450 números de herbario y pueden consultarse en el Jardín Botánico de Madrid.

Algunas de las singularidades de este estudio son el catálogo de más de 8 especies de tréboles, entre otras herbáceas, no clasificadas en la Comunidad de Madrid, como la hierba mora, Solanum chenopodioides. También destacan especies inusuales en el municipio, como los Arce (Acer) menor (campestre) y blanco (pseuduplatanus); el molle, Schinus polygamus, que es una planta medicinal;los cedros (Cedrus) del Himalaya (deodara) y del Líbano (libanii); el ciprés, Cupressus sempervirens; los fresnos(Fraxinus) sureño (angustifolia) y de flor (ornus); el roble,Quercus robur;el olivo, Olea europaea; el árbol de la vida o tuya oriental, Platycladus orientalis; el álamo, Populus alba; el almendro, Prunus dulcis;el cerezo, Prunus cerasifera; el olmo, Ulmus minor, el sauce, Vitex agnus-castus; las diversas especies de acacias: Robinia pseudoacacia, Styphnolobium japonicum y Gleditsia triacanthoso, entre la dilatada gama de otras comunidades trebolares y vegetales.

Quinta de Torre Arias

Del estudio micológico realizado se han identificado más de 30 especies de hongos. Se está extendiendo el ámbito de esta investigación con un análisis completo de la fauna, próximo a publicarse, entre las que son notables algunas especies polinizadoras cada vez menos frecuentes en la zona, como la avispa puñal (Megascolia maculata flavifrons) –la más grande de Europa– que, pese a sus características, a diferencia de sus familiares conductas de convivencia colectiva, su carácter solitario las hace comparativamente mansas.

Además de este imponente himenóptero, se han identificado una abundante heterogeneidad de aves, del mismo modo, de censo poco común en estas latitudes; como petirrojos, abejarucos, collalbas, estorninos, cigüeñas blancas, colirrojos, pardillos, jilgueros y un largo etcétera.

Quinta de Torre Arias

Desde 2015, la Plataforma Ciudadana Quinta de Torre Arias, con la que colabora la AMAE, centra sus recursos en visibilizar el valor de este espacio público –siendo quien fomenta y contrasta los diversos estudios medioambientales y de patrimonio cultural realizados–. Habida cuenta de que lo que se ignora no se puede valorar adecuadamente, y de que el único remedio a este desconocimiento reside en la enseñanza, las mencionadas asociaciones sin ánimo de lucro, con el apoyo de la Coordinadora de Entidades Ciudadanas del distrito, hemos solicitado al Ayuntamiento que recoja, de conformidad con el Plan Director aprobado para este espacio, el proyecto que incluirá, entre otras instalaciones, un centro de Educación Ambiental para la ciudadanía donde concentrar y divulgar adecuadamente los amplios conocimientos existentes sobre las múltiples zonas verdes que, como esta, nutren con su biodiversidad a San Blas – Canillejas.

Alberto Ávila Palomares. Presidente de la Asociación de Medio Ambiente de San Blas – Canillejas (AMAE).

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