Francisco Ibáñez y el noveno arte

“El autor de Mortadelo y Filemón este año ha sido propuesto para el premio Princesa de Asturias, que yo considero merecidísimo”

En el siglo XX se añadieron, a las seis artes mayores, tres nuevas: el séptimo arte, el cine; el octavo, la fotografía; y el noveno, el cómic. Aunque le dieron el noveno puesto, la historia del cómic es muy anterior (y empieza antes o después de la invención de la imprenta,según a quién preguntes). En España, la revista infantil TBO (1917–1998) alcanzó tal popularidad que aquí las historietas no se llamaron cómics, sino tebeos. En los años 60, hubo un boom del cómic, y la mayor parte de los lectores éramos los niños y niñas del también llamado “baby boom”. Había infinidad de revistas de tirada semanal y la mayoría pertenecían a la Editorial Bruguera. Allí dibujaba, entre otros, Francisco Ibáñez, el padre de muchos personajes inolvidables: Pepe Gotera y Otilio, El Botones Sacarino, 13 Rue del Percebe, Rompetechos y, por supuesto, Mortadelo y Filemón. La historia del autor va unida a estos personajes y no hay en el mundo ningún autor de cómic que lleve tantos años como él. Francisco Ibáñez nació en Barcelona, en marzo de 1936, en una familia humilde de emigrantes. Desde niño fue un gran aficionado a los tebeos y al dibujo (le publicaron una caricatura con solo once años). Su primer trabajo fue como botones, allí compaginaba su labor con la colaboración en diferentes revistas como creador de historietas. En 1957 decidió dedicarse por completo a su verdadera vocación y entró en la poderosa editorial Bruguera, donde se codeó con los mejores dibujantes de la época. En 1958, nacen Mortadelo y Filemón, inspirados en el detective Sherlock Holmes. Al principio eran historietas cortas que terminaban de manera desastrosa, lo más llamativo eran los disfraces que Mortadelo guardaba en un bombín negro. Se veía ya el germen de ese humor surrealista y desvergonzado que caracterizaría el estilo de Ibáñez, aunque el aspecto de los personajes fue cambiando con el tiempo y hoy en día queda poco parecido con los originales.

MORTADELO
El sulfato atómico, la primera historia larga de Mortadelo y Filemón.

En 1969 se publica El sulfato atómico, la primera historia larga de Mortadelo y Filemón, en la que Ibáñez parece inspirarse en personajes como Superagente 86 o James Bond (salvando las distancias, por supuesto). A partir de entonces, Mortadelo y Filemón serán los superagentes secretos de la desastrosa agencia T.I.A. (en clara referencia a la CIA), donde trabajan junto a nuevos personajes, como el superintendente Vicente (“El Súper”), el doctor Bacterio y Ofelia. Toda una parodia del mundo de los agentes secretos, donde abundan los juegos de palabras, el humor absurdo, los enredos y, por supuesto, los disfraces de Mortadelo, imprescindibles ya en las historietas. A lo largo de la trayectoria de Ibáñez, al igual que en sus viñetas, sucedió una cosa bastante surrealista. Con el cierre de la editorial Bruguera, Ibáñez perdió los derechos de sus personajes. Esto permitía que otros dibujantes los utilizaran. Sin embargo, el experimento fue un desastre, solo Ibáñez tenía la genialidad suficiente para crear las historias de personajes tan locos. En 1987, recuperó los derechos con un nuevo contrato editorial, esta vez con Ediciones B. Desde entonces trabajando. Ha dibujado para varias generaciones de españolitos y es el responsable de inocular el germen de la lectura en aquellos que fuimos niños y por supuesto en los actuales. A título personal, recuerdo el placer de leer tebeos y también el gusto de ver que mis hijos se iniciaban en la lectura de la misma manera, ir con ellos a la biblioteca, a los kioscos, al bibliobús o a las librerías, dejándoles elegir y viendo que Mortadelo y Filemón solían salir ganado en muchas ocasiones.

Son personajes atemporales, con una visión del humor difícil de encontrar en otros tebeos, “losmortadelos” han conseguido enganchar desde los años cincuenta hasta la actualidad. Aún hoy disfruto de su lectura (tengo una colección atesorada desde hace años) y como adulta veo las tramas que entre líneas mete Ibáñez. Ha tratado temas de todo tipo, se ha metido con la política, el deporte, la iglesia, el cine…, no deja títere con cabeza dentro de su humor gamberro y dibujo característico, incluso se ríe de sí mismo incluyendo caricaturas propias en los cómics y, si se mira con atención, se ven pequeños detalles en las viñetas con ratones, lagartijas, caracoles, insectos y bichos varios que le dan al dibujo una gracia diferente y difícil de encontrar en otros autores.
Ibáñez ha ganado multitud de premios, es nuestro dibujante y guionista más internacional, y este año ha sido propuesto para el premio Princesa de Asturias, que yo considero merecidísimo pues Ibáñez tiene 85 años, sigue trabando y nos regala humor en tiempos que tanta falta nos hace. Espero que le llegue este reconocimiento y, por favor, que no sea a título póstumo. Mientras tanto sigamos disfrutando de “los mortadelos”.
Beatriz Martínez. Escritora

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