Colonia Fin de Semana: polígono o colonia

La autora, Mari Luz Castellanos, socióloga residente en este lugar analiza la estructura sociológica de este barrio, situado en la periferia del distrito.

Dice el diccionario de la RAE que surrealista significa “irracional o absurdo”. Y dice el mismo diccionario que el surrealismo es un “movimiento artístico y literario iniciado en Francia en 1924 con un manifiesto de André Breton, y que intenta sobrepasar lo real impulsando lo irracional y onírico mediante la expresión automática del pensamiento o del subconsciente”. Yo he leído a Breton, pero no estaba preparada para esto.

Esto es mi barrio, y yo solo quería una terraza. Ahora tengo la terraza, en un barrio que no sé definir de otro modo más que como surrealista. Quienes me conocen están seguramente hartos de oírlo, aunque según el interlocutor digo polígono (que suena como tristón) o colonia (que suena chachi). No es realista, por ejemplo, una calle en la que en doscientos metros puedes distinguir perfectamente cuatro segmentos o clases sociales diferentes. Sí es onírico, porque es el sueño de todo sociólogo.

Colonia Fin de Semana
Colonia Fin de Semana

El segmento de la cúspide, el de los chalets a un millón de euros de antes de la crisis, no ha acabado de arraigar. Ahora se han depreciado un poco, tienen usos diversos y de ellos entran y salen gentes diversas, generalmente de paso en el barrio, como epítome (ejemplo paradigmático) del mismo.

Los vecinos de toda la vida se reparten entre los que siguen viviendo en sus casas de toda la vida, los que viven en las casas del extremo del barrio a donde los mandó un plan urbanístico y de mejora, y los que viven en casas nuevas mejores que las que tenían pero más centrados que los otros. Por parte de los que no son de toda la vida, no se crean que todo es entrar y salir, o que llegamos ayer y nos vamos mañana, que algunos a lo mejor llevamos más de una década aquí.

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Hay una parte del vecindario que no se mezcla, o lo hace poco. Esos son los que no son de toda la vida y buscaban una terraza muy grande, o un jardín privado muy grande, o -atención, otro segmento- una piscina comunitaria aceptable en una comunidad pequeña. Entre ambos hay de todo, pero el perfil es profesional urbanita de nacionalidad española, o país desarrollado, o altamente cualificado de país menos desarrollado, que prefiere vivir recogido hacia su casa, que para eso tiene una terraza y un jardín muy grande o una piscina comunitaria. De entre los que no somos de toda la vida, por cierto, a mí me salen -que conozca- trece nacionalidades distintas, lo cual me hace pensar que la fuente de verdad (el padrón) recogerá al menos veinte.

No todo son chalets o dúplex, claro, vivimos en casas de todo tipo y condición, no voy a ahondar en las miserias, en propiedad o alquiler dentro de una gama variada de precios, aunque ahora hay poca oferta porque el barrio está -será posible- muy demandado. Nadie lo demanda específicamente porque en quince minutos andando puedas recorrer la globalización, pero la globalización era esto y es ahora y es aquí.

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