Las Tertulias de La Gradona: la educación en San Blas-Canillejas

La educación es un elemento sustancial en nuestras vidas. Más en concreto en un distrito como el nuestro, marcado por la diversidad. José Antonio Expósito, director del IES Las Musas; Nuria Hernández, del CEIP Valle Inclán; María Vega, del colegio Santo Ángel; y Pilar Jorge Martín, profesora y escritora, la analizan y debaten sobre ella.

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Juan Antonio Expósito:
“Estamos en un 42, somos el tercer país por la cola de toda la OCDE en inversión”

Cómo está la educación?

  • José Antonio Expósito (J. A. E.): Puedo responder con una cifra: 4,2. No aprobamos. Ese es el dinero que España invierte de su Producto Interior Bruto en educación. Somos el tercer país por la cola de toda la OCDE. Detrás solo están Rumanía y Grecia. En esa cifra están los lamentos y quejas de falta de profesores, de inmobiliario, de recursos, de atención a chicos con problemas graves de aprendizaje… Afganistán destina el 4,1, solo una décima menos. Echamos quizá la culpa a los políticos. Pero si la sociedad presionase a los políticos no aprobarían estos presupuestos. Si queremos revertir el modelo de sol y playa, hay que invertir en educación.
  • Nuria Hernández (N. H.): Yo quisiera profundizar en otro aspecto, en las leyes de educación. ¿Por qué no hay un consenso sobre este asunto? Cada vez  que se cambia de ley educativa no se consulta a los que estamos a pie de calle y sabemos lo que está pasando. Si cada vez que cambia un gobierno se cambia de ley, lo llevamos muy mal, y los que sufren son los niños. Nunca se hace una ley de educación pensando en los chavales. Se hace pensando en otras cosas.
  • Pilar Jorge Martín (P. J. M.): Encima, cuando llega una ley nueva, cambian libros, contenidos, objetivos… Y todo lo que has hecho durante uno o dos años antes ya no vale. Hay que volver a empezar desde el principio. La ley cambia al gusto de los que están arriba.
  • María Vega (M. V): Necesitamos un pacto educativo. Necesitamos diálogo. No se trata de que pertenezcas a un colegio concertado o público. Se necesita colaboración. Estamos en un mundo en el que se está hablando continuamente del desarrollo sostenible, de las alianzas público privadas, pero luego, en la práctica, lo único que generamos es crispación. Necesitamos bajar al terreno. Y hay que contar con las familias. Tienen que ser actores de la educación de sus hijos.

¿Es precisa, por tanto, una mayor implicación de la ciudadanía para mejorar la calidad educativa?

  • V.: Sí, nos estamos adormilando. Tenemos que aprender a pensar y a participar. En la década de los 90 y con el cambio de milenio hubo un resurgir del asociacionismo, pero al final hay poca implicación. Necesitamos una implicación activa. Desde los colegios podemos hacer una labor con los jóvenes, pero en la sociedad hay poca participación.
  • J. M.: También hay un problema de conciliación. Educación son muchas cosas, no solo enseñar a leer, a sumar…, y el colegio llega a donde puede. Si no hay conciliación ni factores sociales que ayuden, no se puede llegar a una involucración de las familias, porque tienen que estar pendientes, en primer lugar, de poder comer.
  • H.: Tenemos un distrito con unas diferencias bestiales. Yo vengo de una parte donde la educación no es importante para las familias, porque ni tan siquiera estas han tenido una educación. Yo me encuentro con un tope que otros distritos no tienen. Por ejemplo, con el alumnado gitano. No hay una asociación que nos ayude con esas familias y tire de allí para demostrar que ser gitano no es no ir al colegio. Nosotros tenemos un lema, que la educación es un trampolín para salir de donde están metidos los niños. Es su única oportunidad. Muchos salen del cole y ya no van al instituto. Luego les vemos haciendo cosas que no deben. Pero es que tampoco tienen otra salida. No hay nada más.
Tertulia
Tertulia

José Antonio, usted dirige un centro en el que se ha logrado una mejora importante para los alumnos. ¿Cómo se ha logrado?

  • A. E.: Es verdad que el centro ha experimento un salto extraordinario estos años. Los programas que hemos alcanzado han calado y hemos obtenido una línea educativa que nos han dado alegrías a todos. En muchas ocasiones me han preguntado cuál es el secreto. Pues, por un lado, que los alumnos tienen que ser los protagonistas. Los profesores tienen que ejercer un papel de acompañamiento. La segunda cuestión que abordamos para transformar la educación es transformar los espacios. Hablamos mucho de los éxitos de los países educativos de los países nórdicos, pero poco hablamos de los espacios educativos que tenemos nosotros en comparación con ellos. No se puede escolarizar a un niño en aulas anodinas, con poca luz, con 14 manos de pintura… Ellos van a una hamburguesería y ven otra cosa. Si derribáramos muros y los transformáramos en ventanales en los que entre la luz estaríamos dignificando los espacios educativos. Creado el espacio y el entorno podemos representar la función de la educación. El profesor se cree su papel y el niño el suyo.

Nuria Hernández:
Necesito de algo social que me ayude con las niñas gitanas, a las que el pastor les dice que no pueden ir al institutoporque las pueden violar”

¿Y se lo llegarían a creer los niños de raza gitana del Valle Inclán?

  • H.: Claro que se lo creen. Pero el problema son las familias, Nosotros también hemos cambiado. El cole no tiene nada que ver con lo que era, ya no contamos con ese patio de color gris que parecía una cárcel, ahora hay color… Los niños en el cole se sienten superagusto y dicen que es su sitio de seguridad. Pero si cuando tengo que pasar al instituto mis padres no me dejan ir, ¿qué hago? Soy menor de edad. No es un problema de los alumnos, sino de las familias. Yo no tengo las herramientas para solucionar esto. Por eso el asociacionismo es necesario. Necesito de algo social que me ayude a tirar de esto, por ejemplo, con las niñas gitanas, a las que el pastor les está diciendo que no pueden ir al instituto porque las pueden violar.

Profundicemos en cómo se encuentra la educación en San Blas-Canillejas.

  • V.: La situación en San Blas-Canillejas es totalmente diversa. Es una zona con mucha variedad, con muchos minibarrios en los que cada uno tiene un reto distinto. Un aspecto destacable es la baja natalidad. Cada vez hay menos niños. Necesitamos dignificar la zona del distrito. Hay zonas buenísimas y otras que necesitan mayor inversión. Esto en el Santo Ángel lo llamamos la responsabilidad social educativa. Igual que hablan las empresas de la responsabilidad social educativa, los centros educativos somos transmisores de conocimiento y de desarrollo en el lugar en el que nos encontremos.

¿En qué medida afecta la inmigración a la educación?

  • P J. M.  Hace unos años recibíamos muchos más niños inmigrantes que ahora. Este fenómeno ha ido bajando con las crisis, ya que las familias han ido cambiando de distritos e incluso de ciudad. Es un problema que afecta al nivel. A veces es imposible llegar. La norma te exige unos objetivos, pero es imposible alcanzarlos, porque a lo mejor no saben leer. Y tienes que empezar con las vocales.
  • A. E.: Acaba de aparecer un informe en el que se dice que la segregación que se produce en la escuela en España y en Madrid es altísima comparada con cualquier otro país de la OCDE. No hay un reparto equilibrado de los alumnos. Las escuelas de enlace están en las escuelas públicas.
  • H.: Yo no paro de recibir alumnos extranjeros. Tenemos 13 nacionalidades. Hay niños que ni tan siquiera conocen el idioma.

¿Qué les parece la Ley Celaá y la eliminación de las repeticiones?

  • V.: Yo conozco a muchos colegas que aunque son partidarios de la Ley Celaá no lo son de eliminar las repeticiones. Es una forma de no motivar al alumno. Nos encontramos con la desmotivación, porque al final vas a aprobar. Llegar a la repetición es la última de las decisiones que toma un claustro. Pero si ya eliminamos la posibilidad de que ellos mismos puedan mejorar con esas iniciativas pedagógicas, ¿qué nos queda?
  • J. M.: Totalmente de acuerdo

Además, cuando en una reunión debates si un alumno sube o no de curso te planteas muchos factores. Es una cuestión que no se toma a la ligera.

  • H.: También de acuerdo. Además, vivimos la repetición como un castigo al niño, y no lo es. Es una medida de refuerzo para que el niño salga lo mejor preparado posible. La orden que tenemos es que cuando un niño llega con muy bajo nivel es mejor que repita en Primero que en Segundo. Como sociedad estamos fomentando el no esfuerzo. Estamos creando unos adultos que cuando les llegue una situación mínimamente complicada se van a venir abajo. Adultos de cristal.
  • A. E.: Pues yo estoy en desacuerdo. Tenemos una tasa de abandono por encima de 28%. La repetición de curso es la antesala del abandono. Cuando obligas a un niño a repetir, lo separas de los compañeros con los que va creciendo. Se le estigmatiza. Encima, sabe que el año que repite tiene que pasar de curso. Nosotros pasamos al niño de curso y nombramos a un profesor mentor que lo acompañe para que alcance su nivel.

Pilar Jorge Martín:
”En mi clase saco muñecas y jugamos con ellas niños y niñas. Y con los juguetes de construcción, igual”

¿Qué sucede con la brecha de género en ciencias y con la igualdad?

  • V.: La igualdad es una asignatura pendiente para todos. Tenemos que fomentar que haya más chicas que accedan a las ciencias, si quieren. Los datos son evidentes. Las alumnas que optan a los campos de ciencias o matemáticas son menos que los niños.
  • J. M.: La igualdad tiene que partir desde la base, desde los más pequeños. En mi clase saco muñecas y jugamos con ellas niños y niñas. Y con los juguetes de construcción hago igual. Y si a una niña le gusta montar y desmontar cosas, vamos a abrir camino. Si a un niño le gusta la cocina, igual.
  • H.: En este aspecto no solo tengo el problema con el alumnado gitano. El alumnado sudamericano… Pero los niños son geniales. En el cole si hay que barrer se barre. Pero el comentario de los chicos después de barrer es ‘por favor, no se lo digas a mi papá’. Es algo cultural.
  • A. E.: Hay que animar a las niñas a cacharrear con la tecnología. Los niños, aunque no sepan, tocan todos los botones. Les da igual hacerlo bien o mal. En cambio, las niñas solo lo hacen cuando están seguras de lo que van a hacer. Hay que animarlas más a equivocarse.