“Un futbolista con la elasticidad de un luchador se lesionaría la mitad”

La enseñanza de la defensa personal, en concreto la femenina, y la complementariedad con otros deportes son dos facetas destacadas de la lucha. Carlos Ramos Muñoz preside el Club de Lucha San Blas, una entidad, pionera en Madrid, con más de 50 años de historia.

Cuánto tiempo lleva el club?

Llevamos aquí desde que se inauguró el polideportivo. Manolo Martín, el primer director del Instituto Municipal de Deportes, creó el club de lucha. Ahora dirijo el club y la escuela. Llevamos aquí ´más de 50 años. Somos más de 120 luchadores. En Madrid habrá como unas diez o doce escuelas de lucha. En la capital fuimos los pioneros. Tenemos algunos deportistas becados en el centro de alto rendimiento del Consejo Superior de Deportes, pero principalmente nuestra labor es de docencia. Pero nuestro trabajo está dando frutos. Este año hemos quedado subcampeones de España en cadetes y escolares, con un arbitraje un tanto extraño. Hay que tener en cuenta que, por antigüedad, la lucha es el segundo deporte olímpico. Con la ayuda económica al deporte femenino y el CAR está subiendo bastante el nivel, entre otras cosas porque los luchadores acuden a muchas competiciones.

LUCHA SAN BLAS

Es un deporte muy útil, sobre todo en el apartado de la defensa personal.

Sí, en este aspecto es muy destacable la importancia que está cobrando para la defensa personal femenina. Está en pleno auge. También hay que destacar el avance que estamos logrando con la MMA (acrónimo de artes marciales mixtas). Hay otras actividades, como el judo, que se están quedando un poco estancadas. La lucha ha evolucionado, por ejemplo, porque nosotros, a diferencia de otros deportes, sí trabajamos el agarre de piernas. Trabajamos el ataque tanto de cintura para arriba como de cintura para abajo. A mí me viene un señor con más de cien kilos y yo, con 73 años, lo arrollo. No es cuestión de fuerza sino de posición de piernas. Pero aquí se enseña defensa personal, no agresión. “No te enseñamos a pegarte, sino a defenderte”. Es un matiz muy importante. Es un deporte que en Rusia y muchos países del Este es más importante que el fútbol.

¿Cómo les ha afectado el COVID?

Estamos entrenando en sesiones que cuentan con un máximo de doce alumnos. Nos hace el trabajo inviable. He tenido que desplazar a gente a otros gimnasios.

¿Ha cambiado mucho la lucha de sus inicios a la actualidad?

Sí, sobre todo la forma de arbitraje. Los combates consisten en dos asaltos de tres minutos. Yo he llegado a disputar asaltos de 15 minutos. Las peleas son más rápidas. Hemos mejorado en velocidad.

¿Trabajan con los colegios?

Sí, tenemos cinco profesores que realizan actividades dirigidas a colegios del distrito. Eso está aumentando la afluencia de niños en nuestro club. Yo mismo dirijo una clase de niños de cuatro a ocho años. Que, por cierto, está completa. En concreto tenemos, o hemos tenido, actividades en el López Vicuña, el Simancas y el Carlos III.

¿Cuentan con grades campeones?

Tenemos un profesor que es subcampeón del mundo en grecorromana, Carlos Fernández. Bombero de profesión. Mi hijo, Javier, ha sido ocho o nueve veces campeón de España. En cuanto a club, hemos sido durante muchos años campeones de España por equipos.

¿Qué ventajas le aporta la lucha?

Si se trata de un niño, lo primero que le vamos a enseñar a hacer una serie de trabajos específicos, como si fuera un juego. Trabajamos primordialmente la habilidad, la velocidad y la psicomotricidad. Estamos pendientes no sólo de la faceta deportiva, sino de la escolar. Una de mis satisfacciones más grandes que tengo es cuando me llegan padres que estuvieron conmigo y me dicen: ‘Por favor, trata a mi hijo como me trataste a mí’.

Háblenos de la complementariedad de la lucha con otros deportes.

Es que esas facetas que he destacado sirven para chavales que vienen de otros deportes. Por ejemplo, un futbolista tiene mucha pierna pero muy poca elasticidad. Un futbolista con la elasticidad en las piernas de un luchador se lesionaría la mitad de las veces. Para los baloncestistas es muy importante el trabajo de saltos. A una chica de baloncesto la empujas en el aire y se desplaza, en cambio haces lo mismo con una luchadora y no se desplaza. Si hablamos del atletismo, la compensación del cuerpo que se gana en este deporte es muy importante. Tenemos alumnos que practican rugby que vienen a fortalecer piernas. Pero ante todo somos una gran escuela de defensa personal.