Un año del Wanda Metropolitano en el distrito

El pasado 16 de septiembre el Wanda Metropolitano hizo un año en San Blas-Canillejas. Ese día el Atlético de Madrid-Málaga se convirtió en el partido inaugural del coliseo rojiblanco, un encuentro que, por cierto, ganaron los del Cholo Simeone por un gol a cero.

Estos doce meses, doce causas han dado para mucho. El Wanda ha albergado partidos y acontecimientos trascendentes. Ha acogido más de 30 encuentros del Atlético de Madrid, una final de la Copa del Rey, un partido de la Selección Española, encuentros femeninos de la sección femenina colchonera y dos conciertos de altura. Un recinto tan valioso ha influido poderosamente en el día a día de los vecinos, de los negocios hosteleros y las pymes, muchas de las cuales se han visto en la necesidad de realizar una transformación integral de los establecimientos. La gran afluencia de nuevos clientes procedentes de los más diversos lugares de la Comunidad de Madrid ha reactivado económicamente una circunscripción, en especial los fines de semana, muy necesitada de beneficios crematísticos.

Un año del Wanda Metropolitano en el distrito

Problemas de movilidad

Aunque la construcción del Wanda no ha afectado de igual manera a todo el espectro vecinal. Numerosos residentes han mostrado sus quejas por el engorroso bloqueo que sufre el barrio de Las Rosas los días de partido. La Asociación de Vecinos Amistad de Canillejas se quejó de la falta de transporte público, una carencia que es indispensable subsanar para así poder evitar que la gente coja el coche y convierta la zona en un auténtico pandemónium. Mercedes González, concejal del PSOE, ya comentó en su día que “la ubicación del Wanda tiene que mejorar la vida de las personas que por allí residan, no ser una condena”. En ello está un Ayuntamiento que parece que no ha tomado las medidas más eficaces para combatir el entuerto.

Según datos del Ayuntamiento de Madrid un partido mueve, de media, entre 10.000 y 15.000 coches, entre 3.000 y 4.000 motos y unos 200 autobuses. Considerando un flujo similar de espectadores y teniendo en cuenta que el Estadio Metropolitano cuenta con poco más de 4.000 plazas de aparcamiento y que los barrios aledaños de Las Rosas, Las Musas, San Blas y Canillejas suman unas 3.000, hoy faltarían entre 3.000 y 7.000 para absorber el tráfico previsto hacia un estadio con aforo de entre 68.000 y 70.000 personas.

Puente Aragonés
El Atlético de Madrid ha inaugurado la salida 9A de la M-40 que da acceso a la Avenida de Luis Aragonés. La obra ha sido financiada en su totalidad por el club rojiblanco y el Ayuntamiento ha tenido que aprobar por urgencia un Plan Especial de mejora de redes públicas en el ámbito del Parque Olímpico.

Beneficios hosteleros

La hostelería es el sector laboral que más se ha visto respaldado por el desembarco de aficionados atléticos y diletantes futbolísticos. Que se lo digan si no a Simon Rao, gerente de Wok Shanghài, un popular restaurante ubicado a tiro de piedra del estadio (calle Emilio Muñoz, 35), que ha visto como su clientela se ha ido intensificando los días de partido. Por este tipo de agradables contingencias se ha visto en la tesitura de abrir todos los días, (antes cerraba los lunes).

El Mesón La Oreja es otro establecimiento que el Wanda Metropolitano ha convertido en mediático. Alfonso Salas, dueño del negocio, reconoce que cuando juega el Atlético de Madrid “se venden más pinchos”, entre ellos la afamada oreja, que hace las delicias de los hinchas más recalcitrantes.

Un año del Wanda Metropolitano en el distrito

Tampoco ha pasado desapercibido el nuevo campo para el bar de toda la vida Casa Manuela. En su caso, con una peculiaridad: le ha entrado clientela nueva pero le ha desaparecido, los días de partido, la parroquia habitual. Los que son asiduos al local que regenta Antonio Rodríguez prefieren evitar acudir a almorzar los días de partido para no toparse con aglomeraciones y por el cada vez más complicado aparcamiento que padece la zona.

No existe comida más conectada al fútbol que la pizza, el mejor condumio al que un aficionado al deporte rey puede echar mano antes de un partido. Por eso se pone hasta los topes el Piazza Italia, emplazado en la calle Suecia 70, en el corazón de Las Rosas. Los días en que juega los de Simeone es frecuente toparse con multitud de familias que abarrotan las mesas degustando “la mejor pizza del distrito”, en ceremonioso rito antes de adentrarse en el fascinante mundo del balompié.

Toda esta época de bonanza que están viviendo los restaurantes aledaños al Wanda se contrapone con la radicalmente distinta que respira los comercios y establecimientos adyacentes al viejo Vicente Calderón. Muchos de los hosteleros de esta zona, que solo con dos domingos de fútbol mantenían sus negocios, pese a que el resto de los días la semana eran flojos, se ven abocados al cierre. Pero eso, es ya otra historia…