Paco Gómez Escribano presenta su trilogía de Canillejas

Sábado Negro en Traficantes de Sueños
13 de mayo de 2017

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(Inicio de la crónica de Luis Gállego)

El 22 de abril se celebró una nueva edición de los Sábados Negros en la librería Traficantes de Sueños, de la que aquí dejó el relato de lo sucedido con la intención de que sea un homenaje a Carmen Mateos, que en esta ocasión no nos pudo acompañar y regalarnos después una de sus crónicas.

En esta ocasión el invitado fue Paco Gómez Escribano de 51 años y amigo de los Sábados Negros. Aunque ésta era la primera ocasión que venía como invitado, en una jornada en la que hubo menos asistentes que en anteriores y que recordó la etapa en que los Sábados estaban dedicados casi en exclusiva al género negro.

La velada comenzó con la música y las imágenes del grupo Burning, que son una referencia habitual de las novelas del autor que nos visitaba y que sirvieron para crear ambiente y empezar el viaje. Entre ellas sonó “Que hace una chica como tú en un lugar como éste” de 1978 que forma parte de la banda sonora de la película de Fernando Colomo del mismo título y que a estas alturas se ha convertido en un clásico.

A continuación, se presentó y entrevistó al invitado. Así nos enteramos que Gómez Escribano comenzó su carrera literaria con dos novelas que el autor describe como thrillers esotéricos: “El círculo alquímico”, ambientada en la catedral de Toledo, y “Al otro lado”, sobre un misterioso manuscrito medieval y sociedades herméticas europeas. Ambas publicadas en la editorial toledana Ledoria.

A continuación se habló de su trilogía de Canillejas que incluye “Yonqui” (2014), “Manguis” (2016) y “Cuando gritan los muertos” (que está previsto que se publique en enero de 2018). El propio Paco indicó que con ellas ha pretendido hacer una radiografía de la cara B de Canillejas, barrio en el que reside desde que tenía tres años.

La primera novela, “Yonqui”, abarca desde 1978 a 1982. Los protagonistas son adolescentes jóvenes entre los dieciséis y los veinte años, que no estudian ni trabajan y están todo el tiempo en la calle dedicados a pequeños hurtos y a coquetear con la droga.
Por su parte, “Manguis” cuenta el atraco de un furgón blindado en 1972 perpetrado por un policía corrupto y un delincuente habitual del barrio. Y supimos que, al parecer, delitos de este tipo solían ser habituales a finales de la dictadura como el del famoso caso del Nani.
Para terminar “Cuando gritan los muertos” será la tercera y última entrega de la trilogía cuando salga en enero de 2018. Está ambientada en la actualidad aunque la trama está muy relacionada con atracos por encargo realizados en el pasado.

Con la ayuda de las preguntas del presentador, el escritor fue analizando algunas de las claves de la novela como los apodos de los personajes, el argot callejero o la música de la época. Esto último dio lugar a una emotiva evocación de Burning, que, según Gómez Escribano, era un modelo a seguir para los chavales porque representaba la estética del macarra de barrio, pero con clase y chuleta. También eso dio lugar a una crítica de la Movida, que según el autor fue creada de arriba abajo por los productores dando prioridad y favoreciendo a cantantes y grupos más blandos y de clases más acomodadas como Los Secretos, Nacha Pop o Tino Casal frente a otros más reivindicativos como Leño o el propio Burning.

También por asociación con las novelas y la época se habló del cine kinki, esa corriente de filmes que se hicieron entre finales de los setenta y la década de los ochenta por directores como Eloy de la Iglesia o José Antonio de la Loma, en la que se contaba la vida y andanzas de estos delincuentes juveniles. El invitado fue bastante crítico con ellas al afirmar que para hacer estas películas se mezclaron actores que intentaron imitar a los delincuentes sin conseguirlo y delincuentes que intentaban actuar sin saber hacerlo. Además, parece ser que se utilizó a yonquis de verdad para drogarse en directo y se les pagaba con la dosis. Prácticamente la única que salvaría Paco de esta corriente sería “Deprisa, deprisa” de Carlos Saura.

En este encuentro, e intercalados con los comentarios del autor, se realizó también un repaso de la historia de Canillejas con fotos elegidas para la ocasión.
Se empezó por los años cincuenta, cuando era un pueblo castellano dedicado a actividades del campo siendo uno de los que tenían mayor nivel de vida del Jarama y todavía no albergaba sospechas de en lo que se convertiría en unas décadas.

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Aquí el presentador agradeció al periodista Leo del Val la cesión de las fotografías proyectadas para esta ocasión, pertenecientes a su libro Canillejas, imágenes de un pueblo.

Luego, como consecuencia de mal llamado desarrollismo, en la zona se crearon viviendas baratas y prefabricadas para los trabajadores de las industrias de los alrededores como la UVA (Unidad Vecinal de Absorción) y otras promociones de protección oficial como solución provisional al chabolismo que derivó en definitiva.
En los 70 la mitad de las calles no estaban ni asfaltadas ni había equipamientos públicos en el barrio.
Poco después se produjo el problema de la droga que describen las novelas que acabamos de mencionar con los consiguientes problemas de inseguridad ciudadana.
En los años 90 desaparece el antiguo núcleo chabolista de la avenida de Guadalajara y en su lugar se construye el barrio de Las Rosas con pisos de mayor calidad en torno al metro de Las Musas.

Por otra parte, se contó que Canillejas quedó englobado dentro del distrito de San Blas a pesar de ser más antiguo. Esta injusticia acabó en 2012 cuando se cambió el nombre del distrito y se eligió el más apropiado de San Blas-Canillejas.
Respecto del futuro del barrio se comentó lo que podría suponer el traslado del Atlético de Madrid al estadio de la Peineta y los problemas que podría originar de aglomeraciones, falta de aparcamientos y vandalismo.

También se le dedicó el tiempo que merecía a la Quinta Torre Arias; la gran atracción del barrio junto con el parque de la Quinta de los Molinos. De ella se dijo que se trata de un edificio que pertenecía a la aristocracia madrileña desde el 1600 y que fue cedido por Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, condesa de Torre Arias, al ayuntamiento a su muerte en 2012. Está rodeado de una finca de más 17 hectáreas de superficie en el que se pueden encontrar hasta 51 especies diferentes de árboles y que consta de palacio, vaquería, matadero, huerta, palomar, estanques, perrera, caballerizas, parque e invernadero.
También supimos que se accede a ella por el número 551 de la calle Alcalá y que, desde noviembre de 2016, se están realizando visitas guiadas aunque de momento sólo se puede ver algo más de la mitad de la finca.
Después de la reunión Pedro nos comentó que en la actualidad se están rehabilitando sobre todo los techos.

Finalmente este encuentro de los Sábados Negros terminó con un regalo de Paco Gómez Escribano que cantó y tocó a la guitarra dos canciones en vivo en directo: “Calle melancolía” de Sabina y, como no podía ser de otra manera, otra de Burning.

(Fin de la crónica de Luis Gállego)

Paco Gómez Escribano y Manolo Rodríguez
Paco Gómez Escribano y Manolo Rodríguez

(Inicio de la crónica de Lola García Toro)

Hoy, sábado 22 de abril, en un fin de semana cuyos protagonistas son los LIBROS, que mejor que encontrarnos rodeados de ellos en nuestra librería favorita TRAFICANTES DE SUEÑOS, realizando ya nuestra sesión setenta y dos en este espacio, del total de las noventa y dos sesiones que Sábados Negros lleva celebradas.

Como no podía ser de otra manera, hablamos de libros. Conversamos con el escritor madrileño Paco Gómez Escribano y de su Trilogía de Canillejas, enmarcada en el género de novela negra.

Abre la sesión un vídeo del grupo de Rock, Burning. Interpretan uno de sus éxitos más conocidos, ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?, acompañados de Antonio Vega.
Muy ligado a la adolescencia y juventud de nuestro invitado, se creó en 1974 en el barrio de La Elipa. No vinculado a la “movida madrileña” tal vez porque estilística y estéticamente no encajaban en ella. Paco comenta que tenían una estética macarra de barrio, un poco canalla (Rolling), hablaban en sus letras de atracos, putas, navajazos, drogas (conocieron de primera mano sus consecuencias) y cosas del barrio. No vendieron tanto como otros grupos del momento pero, siempre seguían en la brecha con sus letras reivindicativas que hacían referencia a chavales de barrios periféricos, barrios en los que la “movida” se tenía como algo demasiado “pijo”. Piensa que hemos perdido sinceridad y hemos caído en lo establecido.

Nuestro autor nos confiesa que por culpa de las lecturas obligatorias de la EGB, tales como pasajes de la Biblia, odiaba los libros, aunque sí leía tebeos, cómics, novelas del Oeste y que descubrió el placer de la lectura en las bibliotecas. Leía libros y además gratis. En sus manos cayeron entre otros, “El tercer ojo”, “El túnel”, libros de ensayo sobre esoterismo (tiene obra publicada sobre este tema).
Reconoce haberse convertido en un “vicioso” de la lectura y sobretodo estar enganchado a la novela negra, cuya lectura intercalaba con ensayos y novela histórica, hasta convertirse en lector exclusivo de novela negra porque confiesa aburrirse con otras cosas.
Y del vicio de leer al vicio de escribir, de crear sus propias historias. Muchas de ellas aparecen en la TRILOGÍA DE CANILLEJAS.

¿Por qué Canillejas? Paco nos dice que es el barrio que conoce, donde vive desde antes de los cuatro años. Es el protagonista de sus historias, sus novelas son la radiografía del barrio. En casi cincuenta años ha sido testigo de los cambios que se han venido produciendo.
Canillejas aparece ya citado en el siglo XIII como pueblo cercano a Madrid, es un pueblo agrícola y a principios del siglo XX es un pueblo próspero gracias a los cultivos. En la zona se ubican la Quinta de Torre Arias o de Los Molinos. Vemos proyectadas imágenes de esta época, al tiempo que se manifiesta públicamente el agradecimiento al periodista Leonardo del Val, la autorización de una decena de fotografías de su publicación «Canillejas, imágenes de un pueblo».

Paco nos comenta que la cercanía a la metrópoli convierte en los años 60 a Canillejas en receptor de una emigración que llega desde diferentes puntos de la península, Andalucía, Extremadura, Galicia, Asturias, construyéndose pisos para los más favorecidos mientras los menos agraciados se construyen sus propias chabolas (algunas han pervivido hasta la construcción de la M-40). Es anexionado a Madrid, pasando de pueblo a barrio periférico, como otros muchos, Carabanchel, Vallecas… perdiendo sus características y aumentando una población que no estaba preparada para este crecimiento no controlado.

YONQUI, primer libro de esta trilogía, escrito en primera persona, transcurre en torno a 1978-1982. Describe a un grupo de chavales adolescentes con una vida dura, sin oficio ni esperanza.
Nuestro invitado nos cuenta que en los barrios periféricos existían bandas de chicos que peleaban entre ellas. Con la aparición de la droga estas peleas desaparecen pero, se abre una vía de robos (sobre todo a coches), atracos. Los jóvenes no tienen raíces, como sus padres, quieren obtener lo que ven en la televisión. La heroína es cara y termina con las bandas, con los grupos, ahora cada uno mira por sí mismo, por conseguir droga a cualquier precio. Se producen continuamente entradas a las cárceles de donde normalmente, se sale peor, más “colgao”.
Los padres de estos chavales han sido respetuosos con las normas, tenían sus raíces en sus pueblos y tradiciones. La heroína entra en las calles y mata a sus hijos, ¿Es ésta la recompensa a toda una vida de trabajo y acatamiento a las normas establecidas?

Son historias reales, familias en paro, borrachos, prostitutas, yonquis. Todos los protagonistas tienen motes significativos, el Botas, el Chino, el Chato, la Morritos… (Paco confiesa tener su propio mote pero, no nos lo desvela).
No hay plaza del pueblo pero sí está la” bodega” (unidad básica de la hostelería, en palabras de nuestro autor) por donde pasan generaciones distintas que oyen y beben distinta música y bebidas.

La jerga es real. Tiene que serlo para ser creíble (Paco insiste en este punto).

Nos explica que para drogarse valía todo, lo más barato y además legal era esnifar pegamento que se vendía en las droguerías. El sistema dejaba la venta de la droga en manos de gente sin escrúpulos, en plena miseria de los poblados chabolistas sin ningún mínimo de sanidad. La heroína adormeció la voluntad de los jóvenes. Las películas de moda de la época sobre este tema, mezclaban delincuentes con actores. Llegaron a captar imágenes reales sin ningún escrúpulo de cómo se pinchaban, pagándoles con heroína.

MANGUIS, publicado en 2016 se desarrolla en 1972, porque quería situarlo en la dictadura, casi al final, en un momento donde los policías se preguntan qué sería de ellos tras la muerte del dictador. Hay un narrador omnisciente. Su protagonista en un emigrante de Cuenca que llega al barrio y con el paso del tiempo controla la prostitución y la droga, es un “camello”. También aquí aparece la bodega cuyo dueño es el Mirlo, por ser un chivato y cantar como el pájaro.

Vemos de nuevo proyectadas imágenes de Canillejas, en este caso más actuales. Llama la atención una de ellas en la que aparecen dos bocas de metro rodeadas de un terreno vacío y al fondo bloques de viviendas. Nos dice Paco que los vecinos se preguntaban por qué se había puesto en ese lugar en medio de la nada esta estación que llevaban tiempo reclamando y que para llegar hasta allí tenían que ir por caminos llenos de barro cuando llovía, sin luz y en los que se produjeron robos e incluso, violaciones. Años después supieron el motivo, alrededor se construyeron viviendas con piscina y zonas ajardinadas y entendieron por qué no se había construido la estación cerca de sus viviendas sin piscina ni zonas ajardinadas.

Todavía existen bodegas y cuando es preguntado nos aporta el nombre de alguna.

El barrio ha cambiado, el año pasado el Ayuntamiento de Madrid abrió al público la Quinta de Torre Arias que junto con la de Los Molinos han aportado un gran espacio de zona verde. Comenta que con la desaparición de la droga el barrio fue cambiando, actualmente existe una nueva emigración de otros países y se puede decir que está dividido en dos sectores, uno más popular y otro más sofisticado.
Se pregunta si con la llegada del Atlético de Madrid y lo que conlleva, se dará un paso atrás en la paz que el barrio disfruta actualmente.

CUANDO GRITAN LOS MUERTOS. Se publicará en 2018 cerrando la trilogía aunque nos comenta que podría seguir escribiendo historias de su barrio pues tiene muchas más que podría llegar a publicar. Está localizada en la actualidad pero con historias del pasado.

En el 2015 publicó LUMPEN, escrita mano a mano con Luis Gutiérrez Maluenda, a quien conoció en la librería Traficantes en una de las sesiones de Sábados Negros.
El protagonista es un detective aunque nos confiesa que ni detectives ni policías le gustan como protagonistas de sus libros. Sus protagonistas son antihéroes.
Reconoce que escribir novela negra es difícil si se quieren seguir los cánones, quizás por su lenguaje, por su crítica social.
Escribir en primera persona es más directo, los sentimientos afloran directamente. Con un narrador podemos conocer diferentes puntos de vista ganando en escenarios.

Nos adelanta un proyecto que saldrá a la luz en forma de capítulos que se podrán descargar desde el móvil, tabletas, concebido para los que no leen habitualmente libros y aprovechando las nuevas tecnologías. Será una Distopía situada, una vez más en Canillejas. Los poderosos bombardean y se recluyen en fortalezas. Hay supervivientes que se sitúan en enclaves, Canillejas, Carabanchel, Vallecas, Fuencarral, en los que la vida es mucho más “bohemia” y ahí lo deja.

Paco es también músico, tiene un grupo. Nos ha contado que en su adolescencia los tambores de jabón de Dixan o Ariel eran convertidos en baterías.
Nos interpreta con su guitarra dos títulos: “Calle Melancolía” de Joaquín Sabina y “Una noche sin ti”, de Burning, cerrando así el círculo que se abría hora y media antes.

El próximo Sábado Negro será el 13 de mayo y hablaremos con Antonio Rodríguez Hidalgo, arqueólogo, sobre una perspectiva arqueológica del canibalismo, “Devoradores de hombres en la prehistoria europea”.

(Fin de la crónica de Lola García Toro)

Paco Gómez Escribano
Paco Gómez Escribano


En el mes de abril de 2017 dedicamos nuestro encuentro a la novela negra.

Contamos con la presencia del escritor Paco Gómez Escribano.

Paco Gómez Escribano es Ingeniero Técnico Industrial en la rama de Electrónica.
Suele frecuentar y participar en los principales festivales de Novela Negra de la geografía española. Ha escrito en la Gansterera y actualmente reseña y escribe artículos en su blog de Culturamas:
http://blogs.culturamas.es/pacogomezescribano

También es músico.
Toca la batería y hace coros en Ochentacos, un grupo tributo a la Movida Madrileña.
También toca la guitarra y es vocal del grupo Rock «&» Books, un grupo formado junto a dos compañeros escritores para actuar principalmente en eventos literarios.

Ha publicado dos novelas con la Editorial Ledoria: El círculo alquímico (2011) y Al otro lado (2012), calificados como “thrillers esotéricos”.

Con su tercera novela, Yonqui (2014, Editorial Erein), cambia de registro, decantándose por el género negro, situando la escena en su barrio, Canillejas.
La segunda novela de esta serie es Manguis (2016, Editorial Erein).
Con la tercera, pendiente de publicar, completará, según sus propias palabras, la Trilogía de Canillejas.

Lumpen (2015, Editorial Pan de Letras) abre la colección de novela negra «Pan Negro», dirigida por Xavier Borrell.

Actualmente imparte clases de Formación Profesional en un instituto público de Madrid.

 Paco Gómez Escribano y Manolo Rodríguez
Paco Gómez Escribano y Manolo Rodríguez

Puedes escuchar el audio de la sesión en el siguiente enlace:
https://soundcloud.com/traficantesdesue-os/sabados-negros-con-paco-gomez-escribano