Los trabajos, que ejecutará el Área de Obras y Equipamientos, permitirán dar a este inmueble de San Blas-Canillejas, ahora en desuso, una nueva vida
El Ayuntamiento de Madrid ha dado luz verde a la rehabilitación del edificio multifuncional ubicado en la calle Montamarta, 7.
Así lo explicó Inma Sanz, vicealcaldesa y portavoz municipal, tras la reunión mantenida por la Junta de Gobierno del consistorio.
Los trabajos, que van a ser ejecutados por el Área de Obras y Equipamientos, tienen un presupuesto de 2,5 millones de euros, cantidad de la que aproximadamente un 42 % está financiada por los fondos Next Generation de la Unión Europea. El edificio, que está actualmente en desuso por los problemas estructurales que presenta, consta de tres plantas (semisótano, baja y primera) que suman una superficie total de 960 m2.
La actuación mantendrá aquellos elementos constructivos del edificio que presentan un buen estado de conservación, muros de fachadas y forjado de cubiertas, e incorporará elementos que mejoren la habitabilidad y den lugar a un edificio de consumo casi nulo gracias a la fachada ventilada, la galería-invernadero y la aerotermia. Los forjados de las plantas baja y primera serán demolidos para ser reconstruidas, acordes a la normativa técnica actual. Asimismo, se facilitará el acceso y la utilización no discriminatoria, independiente y segura a las personas con discapacidad mediante la mejora de la rampa actual de acceso y la instalación de un ascensor que comunique las diferentes plantas.
Además, el proyecto incluye una solución constructiva bioclimática consistente en una galería-invernadero traslúcida que actuará como filtro vegetal y permitirá recoger el agua de lluvia para su almacenamiento y reutilización.
Este edificio, que acogió el Espacio Vecinal Montamarta desde septiembre del 2013 hasta el comienzo de la pandemia en 2020, fue cerrado debido al inminente riesgo de derrumbe. Este espacio acogía a seis asociaciones y una veintena de actividades autogestionadas por los vecinos del barrio. Con la próxima apertura de este centro multifuncional, se verán cumplidas sus demandas, en las que solicitaban reabrir este espacio muy demandado por todos los habitantes del Distrito.
“Pese a la pandemia, en líneas generales, podemos estar muy satisfechos con nuestra gestión”
Hemos cruzado ya el ecuador del mandato de este Gobierno de Ciudadanos y PP. Se han hecho muchas cosas, aunque soy consciente de que quedan muchas por hacer. El último año ha sido muy duro para todos, en lo personal y en lo laboral. En la Junta, gracias a un equipo de funcionarios y asesores excelente, hemos ido recuperando la normalidad y, pese a la pandemia, podemos estar en líneas generales muy satisfechos de nuestra gestión. San Blas-Canillejas es un distrito lleno de contrastes y de posibilidades. Es nuestro deber conservarlo y mejorarlo, y a eso dedicamos nuestros esfuerzos. Diré algunos de los principales logros alcanzados.
Hemos obtenido un aumento histórico de la plantilla, que ha permitido mejorar la gestión y afrontar la pandemia y el temporal Filomena, cuyas consecuencias aún se sienten. Ese aumento ha beneficiado especialmente a nuestros Servicios Sociales, cuyo presupuesto es casi la mitad del de toda la Junta. Gracias a ello, por poner un ejemplo, en 2020 se sirvieron 32.600 comidas a domicilio. Y en 2021 ya se han repartido 400 tarjetas familia, un recurso que dignifica las ayudas a los más necesitados.
Hemos gestionado la donación de 186 ordenadores a nuestros colegios públicos, gracias a la colaboración público-privada con Madrid Futuro, esa colaboración que al PSOE y a Más Madrid parece asustarles, para reducir la brecha digital que sufren los estudiantes de familias humildes, y hemos lanzado un programa de lectura, el Lectoforo, 1.400 libros seleccionados por sus profesores para otros tantos alumnos, repartidos entre nuestros 23 colegios e institutos públicos, y 23 coloquios con los autores de esos libros
Tampoco en Cultura nos hemos dormido. Ha habido sesenta y seis actuaciones teatrales, cuarenta y nueve actuaciones musicales, veintitrés exposiciones en nuestros centros culturales… sin olvidar el cine, siempre presente en nuestro distrito: sábados de cine, cine-fórum, talleres, como Miradas de Mujer, encuentros con directores españoles, cine de verano…Y con la apertura de los Centros de Mayores se ha reiniciado ‘El cine de nuestras vidas’, iniciativa posible gracias al convenio entre la Junta Municipal y FlixOlé, firmado por mí y por don Enrique Cerezo. Además del Centro de Mayores de Canillejas, donde empezó, hemos incorporado el Pablo Casals.
Entre las obras citaré algunas: el nuevo Centro de Servicios Sociales, que en 2022 ya estará abierto, como, si no hay retrasos, la nueva Escuela Infantil en Canillejas; el nuevo pabellón de gimnasia en el CDM San Blas, que será uno de los mejores de España, y que también estará terminado en 2022; el nuevo Centro Cultural Quinta de los Molinos, en la Casa del Reloj; se está haciendo el estudio previo de patologías para la futura rehabilitación de Montamarta; han terminado las obras de consolidación de la Quinta de Torre Arias, una de las joyas de nuestro distrito, y cuyo futuro uso está en estudio; se va a rehabilitar el Parque Paraíso, la primera fase comenzará en este año; se ha renovado el asfalto deteriorado en 45 calles; rehabilitaremos el Mercadillo de San Román del Valle… Y aún hay más, como el arreglo de diversas Instalaciones Deportivas Básicas, la pintura en colegios, el Plan Interbloques, que afectará a trece parcelas, muchas de ellas en el Gran San Blas, la inauguración de la nueva línea de la EMT 167 entre Alsacia y Colonia Fin de Semana, etc. Esperamos además que pronto se publiquen los pliegos para sacar a concurso el nuevo polideportivo de Las Rosas.
Se ha iniciado ya el Bosque Metropolitano, uno de los proyectos más importantes de esta legislatura, que rodeará Madrid. En nuestro distrito abarcará la zona de la Nueva Centralidad del Este, y con los años es nuestra intención que acabe incorporando las lagunas de Ambroz. Y al citarlas, aprovecho para mostrar mi dolor por el ahogamiento en junio de un menor, y pedir a todos, grupos políticos, asociaciones, vecinos, que difundan una realidad: esas lagunas son tan bonitas como peligrosas. Nadie debería bañarse en ellas. Por desgracia, ya hemos visto las posibles consecuencias.
Y quiero destacar nuestra obra más ambiciosa: el futuro Campus Digital San Blas, en el antiguo y abandonado colegio de Santa Marta de Babio, en el que habrá cursos y talleres relacionados con las nuevas tecnologías. Un proyecto en el que trabajamos desde 2019, y en el que se han implicado, además de la propia Junta, la Agencia para el Empleo, que tendrá sede en el Edificio A, la Comunidad de Madrid, que establecerá un TIC, el primero en nuestra ciudad, y la EMVS, que en este otoño finalizará las obras de la parte deportiva, con un parkour, una zona de skate y una cancha de baloncesto 3×3. Para todo esto han sido también primordiales el Área de Obras y la de Coordinación Territorial, con SURES.
Y hay más… Decía al principio que, aunque este Gobierno y esta Junta hayan hecho mucho, somos conscientes de que siempre quedará tarea por hacer. Viene a cuento aquí una vieja historia. Preguntó un Rey al sabio de su corte cómo Dios podía haber surgido de la nada. El sabio confesó su ignorancia. “¡Cómo!”, se encolerizó el Rey. “Con todo el oro que te doy, ¿y no lo sabes?” “Majestad”, replicó el sabio. “Es que me pagáis por lo que sé. Porque si me pagarais por lo que no sé, no habría oro suficiente en el mundo”. Yo espero así la magnanimidad de los ciudadanos: que al final de este mandato no nos juzguen por lo que queda por hacer, que es inacabable, sino por todo lo que hemos hecho, que es mucho.
Martín Casariego, concejal presidente de San Blas-Canillejas
La crisis sanitaria quedó atrás, pero el COVID-19 dejó al descubierto carencias y dificultades socioeconómicas que se cronificarán si no se toman medidas. La Red de Apoyo Vecinal hace balance de iniciativas desarrolladas en estos meses gracias a la voluntad de colectivos comprometidos con la gente del distrito. Hay que tomar nota.
La magnitud de la crisis social que ha provocado la pandemia en nuestro distrito excedió lo que la Junta de Distrito podía asumir con sus recursos: un presupuesto para alimentos gestionado a través de Servicios Sociales que supone un montante económico asignado a 500 familias y 150 personas individuales y el reparto de 460 menús diarios.
Entidades y colegios del distrito, contando con la colaboración de voluntarios y de comercios, tuvieron que apoyar suministrando alimentos a multitud de familias que se salen del marco de los requisitos que piden las instituciones o que no tienen acceso a ellos por cualquier otro motivo.
Los datos son tremendos: la Red de Apoyo Vecinal, que en un principio se dedicaba a labores de acompañamiento a personas solas o familias con problemas como ir a la farmacia, a la compra, al hospital, etc., pronto se vio desbordada por peticiones de comida que fueron asumidas directamente o derivadas a otras entidades del barrio. Cuenta con 55 personas voluntarias, ha atendido hasta el momento unos 100 casos y promovió una campaña con comercios del distrito para recibir donaciones de alimentos por parte del vecindario. La Red trabaja en estrecha colaboración con la Plataforma de Parados que atiende a unas 350 personas aproximadamente y que tiene lista de espera. La Red de Apoyo Vecinal además canaliza sus donativos hacia esta entidad.
En el CEIP Valle Inclán se centralizó la ayuda a las familias con necesidades de varios colegios del distrito. Atendían a unas 1.200 personas adultas y más de 420 menores. Activaron un servicio de donación de pañales y leche maternizada ya que contaban con bastantes bebés menores de dos años. Mantuvieron la colaboración con los hermanos Sandoval hasta que los cocineros pudieron volver a reactivar su restaurante y concluyó su compromiso. Ahora cuentan con 500 menús que reparten en el centro escolar.
Vivienda Digna (La Chimenea) de Canillejas atiende a 800 personas y 600 familias y no da más de sí. Nazaret tiene censadas mil familias demandantes.
En Rejas, un grupo de ayuda conformado alrededor de la parroquia de San Cristóbal, ha podido atender a 240 familias, casi 800 personas, cuando la media normal desde la crisis de 2008 eran 80 familias.
A esta lista habría que sumar otros colectivos de ámbito estatal con representación en el distrito y a entidades de carácter eclesiástico. Y esto no tiene perspectiva de acabar pronto.
Diariamente aumenta el número de peticiones de ayuda que vamos cubriendo como podemos. Hasta que no podamos más.
Nuestro distrito tiene una larga experiencia en afrontar crisis desde que fue creado en los muy primeros años sesenta del siglo pasado. Siempre ha habido una respuesta vecinal a los problemas de vivienda, la devastación que supuso la droga en el distrito, la crisis de 2008. Por ello, ha habido músculo suficiente para dar una respuesta rápida allí donde la Administración no llega.
El 16% de población que vivía al límite, según Cáritas, ha sido golpeada por la falta de empleo, la falta de recursos habitacionales y la carencia de alimentos. Se ha incrementado el número de familias con necesidades vitales y que antes del COVID-19 sobrevivían con pocos recursos, con empleos precarios, con una fragilidad que se ha hecho añicos.
Si la solidaridad vecinal no hubiera funcionado la situación sería aun más dramática. Ha sido notable el apoyo y compromiso del pequeño comercio del distrito.
Creemos sin embargo que la solidaridad que se pone de manifiesto en momentos de emergencia social no puede ser un recurso que tape la necesidad de unas políticas sociales públicas que, como se ve, son tan necesarias. Es el momento de optimizar todos los recursos del distrito para paliar la desigualdad y la pobreza, para que los derechos constitucionales también puedan ser ejercidos por la población de los barrios sin dejar a nadie atrás.
Sería necesario hacer un buen diagnóstico de las necesidades del distrito por parte de la Junta, contando con la participación de las entidades y espacios vecinales que conocen el día a día de la pobreza y la exclusión. De este modo los presupuestos asignados y los requisitos requeridos serían más realistas y ajustados a la hora de proporcionar las ayudas. Fortalecer con recursos personales y económicos a los Servicios Sociales debería ser una prioridad en estos momentos y en los de la posterior supuesta normalidad cuando se controle la pandemia ya que, si no el virus, la emergencia social va a estar ahí. Así mismo, desde las instituciones se puede jugar un importante papel en la búsqueda de proveedores que suministren materias primas y de acondicionar cocinas ya existentes pero no utilizadas ahora para la preparación de alimentos.
Es evidente que la red social de San Blas-Canillejas, con puntos de referencia vecinal como el Espacio Vecinal Montamarta, La Chimenea, Plataforma de Parados, Banco de Alimentos de la Asociación por una Vivienda Digna, la Asociación Nazaret, el Grupo 77 Rejas, y otros, debe fortalecerse manteniendo su labor cotidiana y ayudando a reconstruir el tejido social de apoyo del distrito que no solo abarca a las familias sin recursos sino a las personas mayores, la infancia con pocas alternativas, las mujeres en situación precaria o de violencia, y un amplio número de colectivos e individualidades que encuentran en lo comunitario un espacio/tiempo para la cooperación y la convivencia.
Debemos trabajar juntas, instituciones, redes de apoyo, comerciantes. Todo el distrito tiene que salir de esta con una lección aprendida: tenemos que poner las bases para que no nos vuelva a pasar.
Cerró sus puertas a los escolares cuando se decretó el estado de alarma y casi de inmediato tuvo que volver a abrirlas para echar una mano a familias que lo están pasando muy mal. En el colegio Valle Inclán se reparte comida para que cada día de la semana puedan comer unas 700 personas.
Como directora del CEIP Ramón María del Valle Inclán, Nuria Hernández está acostumbrada a buscarse la vida para obtener recursos para el colegio, el profesorado y sus alumnos. Con la irrupción del COVID-19 en nuestras vidas ha tenido que ir más allá porque muchas familias se acercaban al centro diciéndole que lo estaban pasando mal. “Empecé a moverme para ver cómo podíamos conseguir ayuda y me facilitaron un correo electrónico que resultó ser de una asesora del alcalde. A las dos horas de enviarle un mensaje me llamó para preguntar qué necesitaba y dos horas después era Diego Sandoval el que se ponía en contacto para ver cómo concretar la ayuda”, comenta Nuria.
Los tres hermanos Sandoval, Mario, Rafael y Diego, se habían ofrecido al ayuntamiento por si podían echar una mano de alguna manera. Tuvieron que cerrar su restaurante Coque cuando se decretó el confinamiento y proponer un ERTE para la plantilla, pero decidieron cambiar su cocina, reconocida con dos Estrellas Michelin, por platos sencillos y guisos para gente necesitada.
Lo que empezó siendo una entrega de comida para una treintena de familias y unas 140 personas enseguida creció hasta las 280 raciones. “Las dificultades económicas sobrevenidas del confinamiento: parón de la actividad, cierre de empresas, expedientes de regulación temporal de empleo, han aumentado de manera exponencial la demanda de ayuda”, advierte Nuria. Por ese motivo, en paralelo, y dado que más gente necesitada continúa acudiendo al colegio Ramón María del Valle Inclán, por poner un ejemplo, el último viernes de abril se apuntaron 35 familias más, Nuria ha acordado con la Fundación CESAL la entrega de más de 400 raciones diarias que la ONG y World Central Kitchen preparan en las cocinas de la Escuela de Hostelería ubicadas en el Mercado Municipal de Santa Eugenia.
En el Valle Inclán se habilitan los dos accesos que tiene el centro. Por la parte posterior, más amplia porque da a patio del colegio, se entregan cada día las más de 400 raciones que proceden del mercado de Santa Eugenia: menús empaquetados en bolsa de papel que contienen un táper con comida y fruta. Por la entrada delantera, los martes y viernes se reparte la comida del Coque para 3 y 4 días a aquellas familias demandantes de ayuda cuando el ayuntamiento la puso en contacto con los hermanos Sandoval. De este modo se puede llevar un control. “Cada familia tiene un número de orden asignado y vamos tachando de la lista según van recogiendo las provisiones. A la gente nueva que va llegando y no figura en ese listado, les tomamos los datos para incorporarles”, aclara Nuria.
Además de las comidas elaboradas, en el Valle Inclán también se reparten otro tipo de productos; por ejemplo, los martes hay entrega de leche para bebé y pañales aportados por empresas y adquiridos mediante los donativos aportados en una cuenta que se ha abierto a tal efecto, y los viernes se proporcionan yogures y leche normal. El Ayuntamiento, el Banco de Alimentos, Dodot y Lactalis son algunas entidades que están ayudando en esa tarea. En la parte logística, el Grupo Concertante Talía, también vecino del distrito, le ha prestado a Nuria su furgoneta para poder cargar y trasladar los lotes de comida. “Me dejaron las llaves del vehículo todo el tiempo que lo necesitemos”, destaca la directora del Valle Inclán.
Nuria se muestra muy preocupada por el futuro inmediato porque las necesidades crecen y la crisis va para largo. Los Sandoval ya le han asegurado que los tendrá a su lado mientras dure el estado de alarma. “Ellos están al máximo de lo que pueden aportar, no dan abasto, piden a sus proveedores que les regalen alimentos e incluso compran género de su propio bolsillo”, comenta. La directora del Valle Inclán deja una reflexión: “los números acabarán siendo insostenibles y tendremos que encontrar una manera de articular la ayuda, ¿cómo lo haremos cuando no alcance para todos los que lo necesiten? Aunque no sea mi responsabilidad directa, con la gente que viene a recoger comida se crean vínculos, estableces contacto y ponemos cara a quien sabemos que no tiene absolutamente nada, ¿qué va a ser de ellos si no llegamos?”.
Ayudantes y demandantes
Nuria Hernández no está sola en el compromiso solidario que ha asumido con quienes más lo necesitan en las actuales circunstancias. Vinculados al Valle Inclán están mano a mano la trabajadora social del equipo de orientación, el dueño de la empresa que se ocupa del comedor, la cocinera y la mamá de una antigua alumna, fue a pedir ayuda siempre y cuando ella pudiera echar una mano. También la directora del CEIP República de Chile, Arancha, y un grupo de amigos de Nuria forman parte del grupo de trabajo. Además, “estamos coordinados con los directores de otros colegios del distrito y con entidades como el Espacio Vecinal Montamarta o la Plataforma de Trabajadores en Paro de San Blas-Canillejas”, destaca Nuria.
En cuanto al perfil de los demandantes, la directora del colegio aclara que son familias del barrio y que muchas de ellas nunca han necesitado ayuda de Servicios Sociales, pero con esta crisis se han quedado sin nada. “La gente lo está pasando muy mal. No les alcanza con la renta mínima de inserción de 400 euros. Pero también hay mucha gente sin papeles que ya detectamos que había llegado en enero y febrero y se han encontrado con esta situación a cero. Tomamos sus datos y los pasamos a Servicios Sociales”, concluye la directora del Valle Inclán.
El coronavirus está condicionando la vida de todos, pero hay dos colectivos que se están viendo afectados especialmente: los mayores y los escolares. Para paliar su situación, se han organizado algunas iniciativas: el Espacio Vecinal Montamarta ofrece ayuda voluntaria a quienes no pueden salir a comprar comida o medicamentos en el distrito; el Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha Minutos en compañía: llamadas telefónicas para hablar con los mayores; y Conecta Juventud 2.0 brinda propuestas académicas y de ocio para jóvenes estudiantes.
La propagación del COVID-19 y sus efectos, tal y como los sufrimos en estos momentos, remitirán y la vida volverá a la normalidad con el fin del confinamiento para la mayoría de la gente. No obstante, hay dos sectores de la población que se están viendo especialmente marcados por las actuales circunstancias. Bien por la vulnerabilidad de su salud, como es el caso de los mayores, bien por la repentina falta de una rutina académica, como es el caso de los menores escolarizados. Los primeros suman a la prohibición de salir el miedo a contagiarse y no superarlo y, en muchos casos, están completamente aislados.
Según datos del padrón del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2019, la población en España, en los últimos diez años, ha envejecido de manera drástica. En el distrito de San Blas-Canillejas, más de 27.000 personas tienen entre sesenta y cinco y cien años. Algunas de ellas viven solas o sufren patologías que las convierten en población vulnerable ante un posible contagio. Según el INE, 2.009.100 personas de más de sesenta y cinco años vivían solas en 2019 en todo el país. En algunos casos, esas personas no cuentan con la posibilidad de llamar a un familiar para pedirles ayuda con la compra, preguntarles qué tal les ha ido el día o verse las caras en una videollamada.
Con la intención de vencer a esa problemática soledad, desde asociaciones, colectivos vecinales y grupos espontáneos de personas que deciden organizarse para ayudar, surgen diferentes iniciativas para hacer más llevadero -o directamente sostenible- a los mayores este tiempo de cuarentena. Es el caso de la propuesta que ponen en marcha desde el Espacio Vecinal Montamarta, del distrito de San Blas-Canillejas, bajo el lema Ante la distancia social, Solidaridad vecinal. Con esta premisa, y con la intención de seguir creando tejido social, se ponen a disposición de los vecinos y vecinas que no puedan salir de casa y requieran ayuda para comprar productos de primera necesidad o medicamentos a través de varios números de teléfono.
Y es que las comunicaciones se han convertido en uno de los pilares fundamentales para mantener una cierta normalidad en nuestras vidas durante el encierro. Nos llamamos y escribimos constantemente para recordarnos que la vida sigue ahí fuera, que no nos vemos, pero continuamos en comunicación. Conscientes de esta necesidad de hablar, de saber que hay alguien más en otro lugar con quien poder compartir unas palabras, comienza a funcionar Minutos en Compañía. Una iniciativa del programa Adopta un Abuelo en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid que ha puesto en marcha un teléfono gratuito 91 949 01 11 para acompañar telefónicamente a personas mayores y hacer del confinamiento un tiempo menos solitario. En dos semanas han recibido más de 4.000 llamadas, no sólo desde Madrid, también de ciudades como Jaén, Almería o Córdoba.
Iris, una de las voluntarias que participa en Minutos en Compañía, cuenta que lo que más está sorprendiendo al equipo de voluntarios es la edad de las personas que llaman, más jóvenes de lo que se imaginaban: “Pensábamos que iban a ser de personas de entre ochenta y noventa años, pero hay muchas llamadas de gente de sesenta y tantos. Hay personas que parece que, por ser jóvenes, no van a estar tan solas o se van a entretener mejor o tener una vida más fácil y no es así.” Como ella, las demás personas voluntarias que participan en este proyecto que atiende a personas mayores solas en sus casas, en residencias y hospitales, han estado en contacto previamente con proyectos relacionados con la atención a personas en riesgo de soledad.
En el caso de Iris, ella es una de las voluntarias habituales de Adopta un Abuelo, donde participa acompañando a una mujer que vive en una residencia: “Desde que empezamos a no poder visitar a las personas mayores en las residencias, estábamos pensando en cómo acompañarlos. Pensamos en llamar y no queríamos molestar, pero al final lo agradecen. Siempre te dicen que les has alegrado el día, te dan las gracias por escucharlos y eso da mucha satisfacción. Muchos llaman llorando o con un poco de ansiedad, pero, aunque empiecen un poco alterados, luego se les va guiando para que se tranquilicen y cogen confianza.” Los teléfonos funcionan de 10:00 a 19:00 horas, de lunes a domingo, para garantizar un rato de compañía que, con las llamadas contabilizadas hasta ahora, dura entorno a los veinte minutos. “Hablamos sobre todo de su vida, de lo que hacían de jóvenes, de su familia”, explica Iris.
Niños y jóvenes cara a cara con los cambios
El cierre de los centros escolares fue la primera gran medida tomada por parte de las administraciones para contener la propagación del coronavirus. Niños y adolescentes se enfrentan a un cambio radical en sus rutinas de estudio, en la manera de recibir formación, de adquirir conocimientos y ponerlos en práctica. Los más afortunados, los que pertenecen a una familia con el privilegio de una conexión a internet y un ordenador, ahora son dueños de sus horarios, de la organización de los ratos de estudio y deben aprender, además de los contenidos correspondientes, a utilizar la tecnología en un entorno más profesional, académico, y menos ocioso.
María es madre de una niña de doce años alumna de un instituto público. Ella asegura que los adolescentes están dando una lección a los adultos con la forma en la que están enfrentándose a esta situación, que están sabiendo gestionar de manera autónoma: “Mi hija se ha adaptado muy bien pero no sin esfuerzo. Tiene momentos de estrés por los plazos de entrega de algunas tareas que le ha costado realizar sin ayuda, sobre todo las primeras semanas. Porque no es solo que no esté asistiendo presencialmente a clases, es que nadie, salvo el tutor, media hora al día, se está preocupando de si entienden los nuevos temarios.” A los padres y madres les preocupa el futuro académico más próximo de sus hijos e hijas y éstos, por su parte, están conociendo nuevas formas de estrés, privados también de sus relaciones sociales: “La parte personal también es muy importante; el hecho de no estar con sus compañeras, relacionarse, y de tener su mundo no es nada bueno para las adolescentes”, afirma María.
Desde el Ayuntamiento de Madrid se han querido acercar a este sector de la población poniendo diferentes iniciativas, escolares y de ocio, en el entorno favorito de los jóvenes: Instagram. El proyecto Conecta Juventud 2.0, impulsado por el Departamento de Juventud del Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social para ofrecer alternativas de entretenimiento a la gente joven durante el periodo de permanencia en casa propone actividades culturales, de ciencia y deporte y ahora suma contenido didáctico para apoyar a los estudiantes en su tarea escolar bajo el programa ‘¡Que repita Rita!’. Un taller de apoyo para reforzar los contenidos escolares que los martes y jueves a las 18:00 horas se desarrolla a través de vídeos de orientación sobre diferentes materias en los perfiles de los centros juveniles del Ayuntamiento de Madrid.
El confinamiento se alarga, la personas con necesidades concretas para sacar adelante sus rutinas siguen estando ahí y es importante que desde las instituciones se apueste por iniciativas y recursos para ellas; especialmente para los más vulnerables.
La pandemia del coronavirus marca la vida de los vecinos de San Blas-Canillejas: población afectada por la enfermedad en sus diversas manifestaciones, cierre de edificios públicos, sobre trabajo del personal sanitario y de los cuerpos de seguridad, así como las restricciones a la movilidad ciudadana trastocan el día a día en todos los barrios.
A continuación se detallan algunos episodios más o menos relevantes sucedidos en nuestro distrito desde que la pandemia del COVID-19 se abrió paso en nuestra ciudad.
Hoteles medicalizados
El hotel Marriott Auditorium se habilitó el 20 de marzo para acoger a pacientes con síntomas leves de coronavirus. Fue el segundo hotel medicalizado en Madrid para aliviar la carga de los hospitales, éste en concreto para recibir afectados de los hospitales de Torrejón de Ardoz, Coslada y el Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. En un principio, la idea es destinar unas sesenta habitaciones de ese establecimiento de cuatro estrellas para infectados con el COVID-19.
En general, los hoteles que se están medicalizando son el destino de pacientes que presentan los síntomas del coronavirus y necesitan seguimiento sin necesidad de ser ingresados en un hospital, o sea al inicio de la fase de contagio y cuando están a punto de ser dados de alta. También se habilitan habitaciones para personal sanitario que puedan suponer un riesgo para los familiares con los que conviven.
Ubicado en la Avenida de Aragón número 400, el Marriott Auditorium es uno de los hoteles con más capacidad de la capital con casi 870 habitaciones. Además de este establecimiento, en el distrito otros dos hoteles, el B&B Hotel Madrid Aeropuerto y el Crowne Plaza, han puesto sus estancias a disposición de las autoridades sanitarias para paliar la situación en la medida de lo posible.
Proximidad en el distanciamiento
“Ante la distancia social, solidaridad vecinal” es el lema con el que Espacio vecinal Montamarta ofrece su ayuda a todos aquellos ciudadanos del distrito que no pueden salir de casa para desarrollar las tareas imprescindibles. En esta época de distanciamiento preventivo ofrecen contacto a las personas con dificultades vía facebook: @evmontamarta, instagram: @montamartaev y correo electrónico: espaciovecinalsb@gmail.com. A quienes puedan sumarse a esta labor de colaboración les recomiendan postularse para echar una mano en el vecindario y poner carteles en los portales de los edificios.
La iniciativa se enmarca dentro del laboratorio de ideas ciudadano que surge para mejorar la calidad de vida de los madrileños en este tiempo de estado de alarma y que el ayuntamiento canaliza vía “Madrid sale al balcón”, la evolución del portal web DecideMadrid. En él vecinos empadronados en la ciudad pueden registrar iniciativas a título personal o como representantes de colectivos. Una forma de extender las redes sociales de apoyo para fomentar la convivencia y mejorar la calidad de vida de personas en situación de riesgo o precaria.
Animales atendidos
La protectora El Refugio rescató el día 20 de marzo a dos perros de un matrimonio del distrito hospitalizados por coronavirus y se encargará de sus cuidados hasta que los dueños reciban el alta médica y puedan volver a su casa. Para resolver este tipo de situaciones de emergencia, la asociación ha constituido una unidad de intervención denominada “Solo en casa”, que se ocupará de aquellos animales domésticos que no puedan ser atendidos adecuadamente por culpa de la infección de sus dueños con el COVID-19.
En el caso de Toy y Pino, canes de cuatro y diez años, sus propietarios contactaron con El Refugio para trasladarles que en su hogar habían quedado los dos animales solos y sin nadie que pudiera atenderlos. Tres miembros de la protectora con su equipamiento anticontaminante entraron en el domicilio y rescataron a ambos.
El Refugio también ha puesto en marcha un servicio gratuito de atención veterinaria a perros y gatos para aquellas personas que pierdan su empleo en la actual situación de crisis. El presidente de la asociación, Nacho Paunero, ha declarado que se sienten felices de poder ayudar a personas y animales afectados por la pandemia. Si algún vecino se encuentra en una situación similar puede contactar con El Refugio a través del teléfono: 618193396.
Exención de alquileres
Autónomos, pequeños y medianos empresarios y startups no pagarán los despachos u oficinas que tienen en los seis viveros municipales en el mes de abril. El ayuntamiento ha propuesto la exención del pago del alquiler en todos los edificios que conforma la Red de Viveros de Empresas, entre los que se encuentra el de San Blas-Canillejas. Se trata de una medida fiscal acordada y anunciada por el consistorio para paliar los efectos de la caída de actividad y consumo debido al impacto económico de la crisis sanitaria.
Los viveros de empresas organizan un determinado espacio físico de un edificio en diversos despachos que se conceden para la promoción de iniciativas emprendedoras y ponen a su disposición servicios comunes de asesoramiento y distinta salas polivalentes. El vivero de empresas de San Blas-Canillejas está ubicado en las plantas 4º y 5º del edificio erigido en el número 586 de la calle Alcalá. Se trata de un espacio de 717 metros cuadrados repartidos en 12 despachos de entre 15 y 30 metros cuadrados, con sala de juntas, sala multifuncional y office. El importe que se abona mensualmente por el usufructo de los despachos y servicios varía desde los 7,15 euros por metro de los doce meses iniciales de alquiler a los 9,53 euros por metro a partir de ese primer año.
Además, el ayuntamiento de Madrid ha decretado una moratoria del pago del alquiler en los pisos de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelos (EMVS) que aliviará la situación económica de 6.000 familias en esta época de crisis sanitaria.
Argucias insolidarias
Aunque la mayor parte de la población está demostrando un comportamiento cívico y responsable, no dejan de aparecer algunas excepciones. La policía municipal interceptó a tres personas caminando juntos con bolsas de la compra en la mano por las calles del distrito. Tras comunicarles que no se podía ir a la compra en compañía y solicitarles los documentos de identificación, descubrieron que se trataba de un matrimonio y el primo de uno de los cónyuges que se había desplazado desde Ciudad Lineal y que habían partido en tres tiques la compra para tratar de evitar la multa, artimaña que no les dio resultado.
El primer día de cuarentena forzosa y con el estado de alarma recién decretado, el domingo 15 a las 18:30 horas dos agentes de la Policía Nacional que patrullaban por el distrito de San Blas-Canillejas dieron el alto a un vehículo para preguntar a su conductor adonde se dirigía. Con toda tranquilidad el ocupante del coche les dijo que tenía permiso para circular sin restricciones porque era militar e incluso les mostró un carné de Teniente del Ejército. La sospecha y desconfianza de los agentes propició
la comprobación de los documentos del hombre, un ciudadano español de 39 años, que resultaron no ser auténticos. La excusa meditada y elaborada para obviar las limitaciones a los desplazamiento del soldado de pacotilla no impidieron su detención por falsedad documental y además se le ha propuesto una sanción por infringir las normas vigentes decretadas con el estado de alarma.
Burocracia presencial limitada
Una vez decretado el estado de alarma, para limitar el paso por dependencias policiales exclusivamente motivado por circunstancias graves, y no por meros trámites burocráticos, el Ministerio del Interior tomó medidas como otorgar una prórroga de sesenta días de vigencia para los carnés de conducir que caduquen mientras la situación no varíe o la extensión por un año de la validez del documento nacional de identidad si su validez vence en estos días.
La delicada situación que se cernía sobre todo el mundo pilló al principio desprevenidos y mal abastecidos a algunos centros de los cuerpos de seguridad. Cuando aún no se habían limitado los servicios ordinarios que se prestan en comisarías, agentes de la Policía Nacional destinados en la de San Blas-Canillejas denunciaron que carecían de medios de protección y que incluso les repartieron una caja con 25 mascarillas que llevaban ya un tiempo caducadas. Para evitar alarmismo, entonces sólo podían ponérsela en caso de sospecha fundada de que el vecino que acudía a sus dependencias podía estar infectado y además debían rellenar un formulario justificando su uso. Tampoco se atrevían a compartir el bolígrafo con los ciudadanos que se personaban en los centros policiales para realizar las gestiones pertinentes.
La migración a las grandes ciudades durante los años 40, 50 y 60 y la creación del gran San Blas son el tema que muestra la exposición Cuando el barrio era barro a través de una retrospectiva. La colección está formada por dos selecciones de 16 fotografías cada una tomadas en blanco y negro y color.
La Biblioteca Pública Municipal José Hierro acoge estos días la muestra Cuando el barrio era barro, una exposición elaborada por la Plataforma Vecinal San Blas Simancas. La colección está compuesta por 32 fotografías divididas en dos partes. La primera ya puede visitarse en la biblioteca ubicada en la calle María Sevilla Diago, 13, y la segunda podrá disfrutarse cuando finalice la primera fase desde el 1 de febrero hasta el 8 de marzo.
El conjunto de fotografías representan el éxodo rural que vivió España durante los años 40, 50 y 60 y transmiten la realidad cotidiana de aquella época a través de la arquitectura de las viviendas, las calles y las plazas.
¿Cómo surgió la idea de crear Cuando el barrio era barro?
La exposición surge a raíz de la presentación del libro “Campo de amapolas” de Teresa Álvarez Olías en el Espacio Vecinal Montamarta. El libro en cuestión trata entre otros temas el éxodo rural y la migración a las grandes ciudades ocurrido en España en los años 40, 50 y 60. El gran San Blas es inaugurado en el año 1962, construido para solucionar los problemas de falta de vivienda de los nuevos urbanitas. Nosotras con las fotografías de vecinas y de archivos digitales hacemos una retrospectiva de la situación de precariedad de nuestro barrio en una época donde había viviendas pero no estaba urbanizado. Por aquel entonces solo había aceras, apenas había alcantarillado y alumbrado público, además el asfalto brillaba por su ausencia, lo que provocaba auténticos barrizales cuando llovía, de ahí el nombre de la exposición: “Cuando el barrio era barro”.
¿Cómo ha sido la aceptación entre el público?
A nuestras vecinas más mayores les encanta ver el barrio donde jugaron cuando eran pequeñas, como fueron creciendo con él, dónde iban a comprar, el colegio de sus hijos, etc. Nos cuentan las mejoras que supusieron la llegada del metro, el asfaltado de las calles, la apertura de mercados y zonas comerciales. También nos ayudan a localizar la situación exacta de algunas que no conseguíamos situar con exactitud.
En cambio, los más jóvenes se sorprenden con las fotografías, las condiciones que se muestran y las historias que les contamos, imprescindibles para entender lo que se está viendo.
¿Cómo habéis conseguido las instantáneas?
La mayoría de las fotografías están extraídas del libro San Blas de la colección Barrios de Madrid, realizado por Ricardo Márquez. También hay fotografías extraídas del archivo fotográfico de la Comunidad de Madrid, del periódico ABC y de archivos privados de vecinas.
¿De qué época son las fotografías y qué tratan de transmitir?
No tenemos las fechas de realización de muchas de ellas, pero la más antigua es anterior al año 50, la mayoría están realizas en los 60 siendo la más moderna de los años 80. En cuanto a la exposición, mostrar la realidad cotidiana de las vecinas del barrio en aquella época, además de mostrar la arquitectura de las viviendas, calles y plazas.
¿Cómo está organizada la muestra?
Hemos divido la exposición completa en dos partes. La primera, urbanismo, centrándonos en los edificios, parcelas y construcciones del distrito que estará hasta el 1 de febrero. La segunda parte, vida, con el foco en el día a día de las vecinas y sus condiciones de vida estará hasta el 8 de marzo.
¿De cuántas fotografías está compuesta la exposición?
Un total de 32, expuestas 16 en cada parte. En su mayoría en blanco y negro con un formato en A3 impresas sobre cartón pluma.
El pasado 17 de mayo fue un día especial que se recordará en San Blas-Canillejas tras el homenaje multitudinario que las entidades sociales y vecinales otorgaron a Andrés Cabrera Hernando, fallecido recientemente tras una larga enfermedad a la edad de 65 años y que fue figura indiscutible del movimiento ciudadano en Madrid.
El homenaje a Cabrera congregó a más de 300 personas, primero en la Quinta de Canillejas o Torre Arias y después en el auditorio del Centro Cultural Antonio Buero Vallejo, ubicado en la calle Boltaña de la Villa de Canillejas.
Sus compañeras de la Asociación de Vecinos Amistad, Plataforma en Defensa de la Quinta de Torre Arias, Espacio Vecinal Montamarta, Coordinadora de Vecinos de San Blas-Canillejas y de la FRAVM reconocieron la labor activista de este vecino que luchó por mejorar las condiciones de vida de los más vulnerables, siempre desde el respeto a las instituciones y colaborando desinteresadamente en todos los actos a favor de la Sanidad, Educación, Urbanismo, Movilidad o LGBT.
Su figura política y social trasciende las fronteras del distrito y quedará en la retina de todas las personas que lo conocieron porque era un tipo peculiar, cariñoso, simpático, valiente, muy divertido, comprometido e inflexible en sus convicciones.
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Plantaron un almendro con simbología especial
En la Quinta de Canillejas o Torre Arias, su última lucha por la que dio hasta el alma, fue el lugar de encuentro de sus amigos y donde se plantó un almendro bajo las notas de un relajante violonchelo. Los jardineros municipales tuvieron el honor de plantar este árbol que representa una simbología extensa y milenaria, sus hojas florecen en invierno y tienen un significado especial: un explorador, un adelantado a su tiempo como fue Andrés Cabrera.
Curtido en mil batallas este vecino universal con residencia en la Villa de Canillejas (luchó por la recuperación de su identidad) fue un ejemplo de valentía contra la xenofobia, el racismo, la violencia de género, a favor de los derechos ciudadanos; no se callaba ni debajo del agua. Los testimonios posteriores de sus compañeros y amigos en el auditorio del Buero Vallejo fueron reveladores de la importancia de El último mohicano vecinal a la vieja usanza, el único superviviente de una raza que se extingue, generoso, audaz, un tipo noble.
El acto fue conducido por su compañera Concha Real, insuperable en la dirección, a su lado el presidente de Amistad, compañero y amigo José Luis Mesa, que dio el toque de emotividad de una de las personas que más tiempo compartió con el activista vecinal.
Una placa grabada en un tronco de madera con un lema: En memoria de Andrés Cabrera (Mayo 2019) fue la aportación del Ayuntamiento de Madrid, que presentó en el acto a toda la plana mayor de la Junta Municipal de San Blas-Canillejas con su concejala, Marta Gómez, a la cabeza. También estuvieron presentes representantes del PSOE y de Ciudadanos, así como todas las entidades vecinales del distrito que respetaron y admiraron a un compañero imprescindible. El homenaje fue un éxito de participación y fue cerrado por su mujer Manuela y su hijo Andrés, que dieron las gracias a todos los presentes. Hasta siempre compañero.
Las Inversiones Financieramente Sostenibles (IFS) han supuesto en 2018 una inversión de 14,5 millones de euros. La mayor inversión ejecutada ha sido la del área de Desarrollo Urbano Sostenible con siete millones. La Junta de Distrito por su parte se gastó 5,5 millones, un 19% del total, incidiendo en la adecuación de los colegios públicos del distrito, instalaciones deportivas y edificios municipales.
Las inversiones en Equidad, Derechos Sociales y Empleo se ha llevado solo 116.000 euros que han ido a parar principalmente a equipamientos como el mobiliario del Espacio Abierto Quinta de Los Molinos, la reforma del Vivero de Empresas de San Blas-Canillejas de la calle Alcalá y el equipamiento de las Escuelas Infantiles.
El área de Economía y Hacienda con 14 millones se llevó el 50% del presupuesto de 2018. La reforma de las piscinas de verano, la cubierta, pabellón circular, vestuarios y cafetería, fueron las principales actuaciones en el polideportivo municipal. La rehabilitación de los edificios de la quinta de Torre Arias; las reformas en el Centro Cultural José Luis López Vázquez y el Centro de Día de La Esfinge también se llevaron partidas importantes. Por último, los proyectos del polideportivo de Las Rosas y el futuro Centro de Servicios Sociales completaron las inversiones.
En el apartado de Seguridad y Emergencias las inversiones han ido a parar a la reforma estructural del parque de bomberos, la instalación líneas de vida en Base 19 del Samur y el acondicionamiento de vestuarios de la Unidad Integral de Policía Municipal. En Madrid Salud la inversión incidió en el equipamiento, sistema de alarma y accesibilidad del CAD de San Blas.
En Desarrollo Sostenible la pavimentación de aceras y calzadas ha sido prioritario, también la adquisición de suelo. Los viales y accesibilidad de la Avenida de Arcentales, el carril bici en la A-2 y Fin de Semana han sido también objeto de inversión. Así como el acondicionamiento de zonas verdes en el entorno del estadio Wanda Metropolitano.
En cuanto a Medio Ambiente y Movilidad la quinta de Torre Arias con su remodelación, equipamiento y maquinaria se ha llevado un pellizco muy importante; así como el acondicionamiento de huertos urbanos, fuentes de agua y árboles en el Wanda Metropolitano, además de la mejora en infraestructuras en todo el distrito. Por último, el proyecto del futuro parking disuasorio en Canillejas también ha sido objeto del área de Movilidad.
En Cultura y Deportes destacan los equipos de señalización y comunicación de bibliotecas públicas, así como la adecuación y restauración del palacio Quinta de Los Molinos para centro de actividades culturales y Espacio Abierto para jóvenes.
Faltan medios y personal para acometer más obras
Por otra parte, la Junta de Distrito a través de las Inversiones Financieramente Sostenibles (IFS) se ha gastado 5,5 millones de euros invirtiendo en 22 centros educativos públicos, ocho instalaciones deportivas y nueve edificios municipales. En cuanto al grado de ejecución la propia Junta Municipal reconoce que “se desistieron obras por falta de medios y de personal en los distritos”. Aseguran que, al tratarse de Inversiones Financieramente Sostenibles, podrán ejecutarse durante 2019 a cargo de las inversiones de 2018.
Las inversiones de la Junta del Distrito han ido a parar a todos los colegios públicos y escuelas infantiles con una inversión de 2.836.000 euros en obras de mejora y conservación de patios. En las instalaciones deportivas destacaron la remodelación del Polideportivo de San Blas, la renovación del césped del campo de fútbol Pepu Hernández, la instalación de césped para campo de F7 en la calle Iquitos y cerramiento básico de la calle de La Esfinge. El alumbrado en las pistas de Arcos de Jalón, pavimentación del ambulatorio y renovación del campo de hierba artificial del campo 2 de la Avenida de Guadalajara, también fueron acometidas con las IFS.
Los proyectos tramitados para obras en edificios han incidido en el Centro Juvenil Miguel de Cervantes, el Centro Cultural Antonio Machado y el Espacio Polivalente Eurípides, que será el futuro espacio de Igualdad de San Blas-Canillejas. La impermeabilización de las cubiertas del auditorio del parque de El Paraíso y la accesibilidad a la Junta de Distrito también han sido objetivo prioritario. El Centro de Mayores de La Esfinge y el Pablo Casals, el centro cultural Buero Vallejo y el Montamarta, completan las actuaciones.
Patrimonio invierte cinco millones en la Quinta de Torre Arias
El Palacio con 3.400.000 euros, las caballerizas con 975.000, el matadero con 451.000 euros, el entorno con 86.000, la conservación de edificios con 75.000, la maquinaria de jardinería con 21.000 euros y el equipamiento con 1.121 euros han sido las actuaciones más relevantes en la histórica quinta de la calle Alcalá.
Llega el mes de febrero y con la vista puesta en la primavera se celebran las Fiestas de Carnaval que se apropian por unos días de los distritos de Madrid. Disfraces y máscaras son la clave para disfrutar aún más de la fiesta. Este año los festejos se celebrarán del 9 al 14 de febrero coincidiendo con San Valentín, el Día de los Enamorados. En San Blas-Canillejas las asociaciones culturales y vecinales organizarán el Carnaval con la ayuda de la Junta en el auditorio del parque Paraíso.
En Roma ya se celebraba algo parecido en honor de Baco (el dios del vino). En esa festividad los ciudadanos estaban durante días compartiendo todo como iguales junto a los esclavos, algo que solo sucedía durante esa celebración.
La ciudad elige cada año un hilo temático que inspira todos los actos del programa de fiestas del Carnaval madrileño. La celebración arranca con la lectura del pregón desde el balcón de la Casa de La Villa a cargo de un personaje. A partir de ese momento, y hasta el Miércoles de Ceniza, Madrid se rinde a la fiesta del juego de identidades, con eventos familiares, infantiles y para mayores.
El Gran Desfile de Carnaval, el Baile y Concurso de Disfraces del Círculo de Bellas Artes, el encuentro de murgas y chirigotas en la Plaza de la Villa y la llegada del fin de fiesta con el simbólico “entierro de la sardina” son algunos de los atractivos del carnaval Madrileño.
También se celebra un encuentro de murgas y chirigotas en la Plaza de la Villa.
Para el carnaval 2018 se ha anunciado que en los desfiles que se celebren, se acogerá por primera vez una representación de la República Dominicana.
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El Carnaval en San Blas-Canillejas
En nuestro distrito el Carnaval de Madrid se celebró el pasado año a lo grande y organizado por el Área de Cultura. Este año será mucho más modesto pero no por ello menos importante. Las asociaciones culturales están trabajando para que todo salga a pedir de boca. Tobogán de Luz, Magdalenas Diversas, EV Montamarta y Plataforma Vecinal San Blas-Simancas son las implicadas en la organización que pretende convocar a un mayor número de asociaciones.
El programa comprende un concurso de cuatro premios para los disfraces: individual (adulto e infantil), parejas y grupal. Se baraja la posibilidad de hacer un flashmob (Baile colectivo), cuentacuentos, música de continuidad y charangas o batucadas para el pasacalles que se celebrará en la Avenida de Arcentales el sábado 10 y domingo 11 de febrero. Además proponen juegos alternativos, pintacaras, pompas de jabón, gigantes, bolera y comba. Se organizarán carreras de sacos, cuchara y huevo, carretilla y caballito. Por último se elaborarán dos piñatas (sol y luna) para el entierro de la sardina.